Asia Central es una de las veintidós subregiones en que la ONU divide el mundo.
Está compuesta por cinco paísesː Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
Sus mayores ciudades son Taskent (Uzbekistán), Almatý (Kazajistán), Asjabad (Turkmenistán), Dusambé (Tayikistán) y Biskek (Kirguistán).
[1] Como resultado, ha sido la vía por la que se han movido personas, bienes e ideas entre Europa, Oriente Medio, Asia del Sur y Asia Oriental.
Sin embargo, existe un consenso general sobre algunas áreas geográficas definidas que sin duda pertenecen a esta zona; es el caso de las actuales repúblicas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
[6] Esta delimitación tiene sentido en la época actual, pero en términos históricos es habitual extender la denominación para comprender Afganistán, partes de Irán, Pakistán, Siberia, Cachemira y el Tíbet y las actuales repúblicas de Armenia, Azerbaiyán y Georgia, aunque estas tres últimas suelen incluirse también dentro del Cáucaso.
Desde entonces Rusia, China y otras potencias se expandieron por la región y llegaron a tomar control de la mayor parte de Asia Central a finales del siglo XIX.
Tras la Revolución rusa, la mayoría de regiones de Asia Central fueron incorporadas a la Unión Soviética (URSS); solo Mongolia permaneció independiente, aunque en la práctica era un estado satélite.
En estos nuevos estados buena parte del poder está en manos de antiguos oficiales soviéticos.
Respecto a la hidrografía, los principales ríos son el Amu Darya, el Syr Darya y el Hari; los lagos son el agonizante mar de Aral y el lago Baljash, ambos parte de la extensa cuenca endorreica de Asia central/occidental que incluye al mar Caspio.
El agua es un recurso extremadamente valioso en la árida Asia Central capaz de llevar a importantes disputas.