Literatura helenística

Después del emperador Justiniano I, la literatura griega helenística se refugia en Bizancio donde se mantendrá durante toda la Edad Media con obras de poco valor, hasta 1453 con la toma de Constantinopla por los otomanos.

Tuvo su foco cultural en Alejandría con la creación de la gran biblioteca y el museo.

Se cultiva mucho el breve epigrama, de estilo muy refinado y concentración casi perfecta, género en que destaca especialmente el poeta alejandrino Calímaco.

Los historiadores se dedicaron con gran entusiasmo a narrar los sucesos de Grecia, Oriente y Occidente.

Es la época en que Grecia y los reinos helenísticos se van convirtiendo en provincias romanas.

Muchos escritores cristianos se sirvieron de la lengua griega para diversos temas: apologías, exégesis, teología, etc.