Diáspora (del griego antiguo: διασπορά [diáspora] ‘dispersión’) implica la dispersión de grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar de procedencia originaria y que se encuentran repartidos por el mundo.
[1] La diáspora del pueblo de Israel es conocida en hebreo como galut (גלות—'exilio') o tefutsot (תפוצות—'diásporas').
Las diez tribus restantes están todas aún dispersas, y sin haber logrado conservar sus raíces hebreas.
Sin embargo, algunos judíos permanecieron en Mesopotamia, dando origen con el tiempo a una importante comunidad judía en Bagdad.
Los demás se quedaron en colonias diseminadas por diversas regiones como en la zona de Mesopotamia, Siria y Egipto Como resultado, en el siglo V antes de nuestra era había judíos en los 127 distritos jurisdiccionales del Imperio persa (Ester 1:1; 3:8).
Sin embargo, siempre hubo judíos que nunca salieron de la región del Levante Mediterráneo.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, pensadores tales como Theodor Herzl y León Pinsker propusieron remediar esta situación mediante el restablecimiento de un Estado Nacional para el pueblo judío.
Esto condujo a la formulación del movimiento sionista y la Declaración Balfour de 1917.
La diáspora canaria tuvo lugar principalmente durante el siglo XX debido a la alta tasa de emigración hacia antiguas colonias españolas en Sudamérica y Cuba.
Conforme a las leyes migratorias cubanas, por lo general quien decide residir permanentemente en el extranjero, se considera que ha abandonado definitivamente el territorio nacional.