[10] Significativamente, ya en tierras cristianas o musulmanas, la vida de los judíos estuvo siempre estrechamente ligada a su propia religión e identidad colectiva.
[11] La historia del pueblo judío comprende así una serie de sucesos que atañen a un pueblo en su gran mayoría disperso y por lo general minoritario en relación con los demás grupos humanos que de un modo u otro coexisten con él.
Mientras que la historia del pueblo hebreo abarca cuatro mil años, la historia del pueblo judío se halla directamente ligada al mismo y data de tres mil años, comprendiendo a su vez a centenares de diversas poblaciones en los cinco continentes.
Al igual que otras religiones, el judaísmo ha conocido distintas corrientes o cismas.
Herederos de la cultura helenística que procuraron difundir, los reyes seléucidas gobernaron tal como sus antecesores asirios, babilónicos y persas, haciéndose adorar como a dioses.
Antíoco IV Epífanes inició una de las primeras persecuciones religiosas conocidas, fenómeno casi desconocido hasta entonces.
Las peticiones de ayuda a la República Romana trajeron como consecuencia la conquista del reino por Cneo Pompeyo Magno.
Pero no existió una real unidad debido a la gran dispersión que se extendía por todas las provincias romanas de Oriente Medio, Europa y África.
En este período el Nasí del Sanedrín, Hillel II creó un calendario oficial basado en cálculos matemáticos y astronómicos y que prescindía de las observaciones empíricas de que se valieron hasta entonces.
Con Justiniano I las autoridades restringieron los derechos civiles de los judíos y amenazaron sus privilegios religiosos.
[50] Hasta el mismísimo gueto, establecido en el Medioevo para forjar una clara diferenciación entre judíos y gentiles, garantizó la autonomía de las comunidades judías en sus asuntos internos, permitiendo su desarrollo material e identitario, para incluso llegar finalmente para proteger a los judíos y sus bienes en casos extremos.
[50] Con todo, autores tales como Salo Baron y Robert Chazan, no niegan las dificultades experimentadas por las comunidades judías establecidas en territorios europeos católicos.
[51] Otras poblaciones judías consideradas también venerables residían en Bizancio, mas en términos demográficos su número era palpablemente menor.
Los judíos que se quedaron fueron obligados a convertirse al catolicismo, siendo víctimas frecuentes de la Inquisición.
[59][60] Ha habido poblaciones judías en Europa desde épocas muy tempranas, especialmente en la zona que formó parte del Imperio romano, constituidas por conversos al judaísmo, comerciantes y, más adelante, por los judíos expulsados por Adriano.
Según James Carroll, "los judíos constituían el 10% de la población total del Imperio romano".
En 1269, los judíos fueron obligados a utilizar en su ropa,tanto delante como en la parte trasera, un paño amarillo llamado rouelle, rota o rotella, como marca de infamia.
[62] Los judíos expulsados de Francia (1396) y Austria (1421) huyeron a Polonia; son los askenazíes, que hablan yidis, lenguaje derivado del alemán.
Durante el período otomano, Turquía era un asilo seguro para los judíos y continúa teniendo una pequeña población judía hoy en día.
Cuando se libró la batalla de Yarmuk y el Levante pasó a poder otomano, había comunidades judías en muchas poblaciones.
[51] Al contrario, las comunidades judías europeas constituían un número tan importante como el de aquellas en tierras musulmanas y tendían incluso a superarlo.
[51] Tal es así que a partir del año 1500, en lo que concierne a demografía, poderío económico, autoridad religiosa y logros culturales, el centro de gravedad de la vida judía se encontraba indudablemente en Europa, tanto mediterránea como norteña.
[51] Como consecuencia de las sucesivas expulsiones, en el siglo XVII vivían pocos judíos en Europa occidental.
Allí, su número se incrementó dramáticamente debido a las expulsiones de otras tantas aldeas y poblados.
Las comunidades judías debían proveer los reclutas y, cuando ello no tenía lugar, los mismos eran secuestrados.
Los judíos se ganaban allí la vida llevando a cabo tareas rurales y el comercio en pequeña escala; solo algunos pocos poseían una tienda, la gran mayoría se ocupaba de oficios artesanales y abundantes eran los buhoneros.
En 1871 cada país europeo, excepto Rusia, había ya emancipado a sus judíos, concediéndole la ciudadanía e igualdad de derechos civiles.
Teorías pseudocientíficas sostuvieron que los judíos eran una raza separada e inferior respecto a los demás europeos.
La xenobia occidental junto con los pogromos fomentados en Rusia oficialmente (ante todo por el zar y más tarde por los comunistas), llevaron a muchos judíos a abrazar las ideas de Theodor Herzl, quien tenía la convicción de que el pueblo judío solo estaría seguro y lograría desarrollar plenamente su potencial en su propia nación.
A raíz de las matanzas perpetradas entre 1939 y 1945, Gabriela Mistral escribió un poema titulado "Al pueblo hebreo", evocando así su terrible condición, particularmente en el tercer verso: