El color puede ser más o menos intenso, según la cantidad de hierro (Fe+3) que contenga.
La amatista es relativamente común, su presencia se conoce en unas 2000 localidades,[1] aunque los yacimientos en los que se han obtenido ejemplares de alta calidad, para su talla como gema o para el coleccionismo de minerales o la decoración no lo son tanto.
Entre ellos pueden destacarse: Cuando es de color vivo e intenso, la amatista es la variedad del cuarzo más apreciada.
Debido a su difusión como gema, existen varios términos utilizados en joyería para describir las distintas tonalidades de la amatista.
El nombre ‘amatista’ proviene del griego amethystos (no borracho), ya que esta gema era considerada un potente antídoto contra la embriaguez.