En la actualidad solo persisten sus amplias ruinas que son foco de una abundante actividad turística internacional.
[3] Las construcciones históricas que permanecían en pie fueron dinamitadas por las milicias fundamentalistas islámicas de la oposición siria en 2015.
En la Biblia se menciona con los nombres de Tadmor y Tamar (aunque hay cierta confusión con otra ciudad cerca del Mar Muerto).
Durante el predominio de los seléucidas en Siria, Palmira consiguió su independencia.
En el siglo I a. C. Siria se había convertido en provincia romana y la ciudad prosperó enormemente con el comercio de caravanas al estar situada en la ruta de la seda.
Luego Aureliano la perdonó y le permitió retirarse a una villa en Tibur donde podría seguir practicando la filosofía.
Diocleciano reconstruyó luego Palmira aunque la nueva ciudad era más pequeña y estableció un campamento en sus cercanías como defensa contra los sasánidas.
Mientras tanto, se descubrió una fosa común que contenía los cadáveres de 24 civiles y 18 soldados.
[17] Por eso, el templo más importante de la ciudad, y santuario nacional de sus habitantes, estaba dedicado a él, como dios cósmico, benévolo y dadivoso.
Adicionalmente se rendía culto a otros dioses, principalmente de ascendencia cananea como Astarté, Baal-hamon o Atargatis; los dioses babilónicos Nabu y Nergal, o los árabes Azizos, Arsu, Šams y Al-lāt.
[19][20] Aunque el yacimiento, situado cerca del manantial de Efqa, en la orilla sur del uadi al-Qubur, estuvo ocupado al menos desde el neolítico,[21] de la ocupación posterior sólo se conservan los primeros edificios.
[27] Sin embargo, las excavaciones apoyan la teoría de que el tell se encontraba originalmente en la orilla sur, y que el uadi se desvió al sur del tell para incorporar el templo a la organización urbana de Palmira de finales del siglo I y principios del II en la orilla norte.
Algunas de estas construcciones podían llegar a albergar hasta 500 cuerpos.
En las inmediaciones de Palmira se localizó, a principios del siglo XXI, una pequeña colonia de un ave que se creía extinta en la zona, el Ibis eremita.