Tercera guerra mitridática
Mitrídates VI fue durante mucho tiempo una espina clavada en el costado de Roma, provocando dos guerras contra la República a lo largo del siglo I a. C. Como consecuencia del caos que se apoderó de Roma tras el terror provocado por las dictaduras de Cayo Mario y Sila, la República estaba en un completo desorden.[1] Al llegar a su destino, Lúculo se reunió con diversas legiones que habían estado combatiendo por Asia Menor, y marchó contra Mitrídates moviéndose hacia oriente y penetrando en Armenia, reino aliado del Ponto, llegando a someter la capital tras la batalla de Tigranocerta.Las veteranas legiones romanas demostraron ser muy superiores en combate al ejército que dirigía Mitrídates, compuesto en su mayor parte de armamento desfasado como los carros, que eran incapaces de penetrar en las líneas romanas.Finalmente, Pompeyo conquistó la capital de Armenia y Mitrídates huyó al Cáucaso con la esperanza de reorganizar un ejército nuevo y seguir la guerra contra Roma, pero pasados dos años asumió su completa derrota.[2] De acuerdo con Apiano en su Historia Romana (XVI, 111), luego le ordenó a su guardaespaldas y amigo, Bituitus, que lo matara con una espada.