De humildísimo origen, Cleantes es un ejemplo de perseverancia y del dicho «más vale tarde que nunca», pues no fue sino hasta los 50 años que pudo estudiar filosofía.
Hasta esa edad tuvo que ganarse la vida como púgil, pasando luego a Atenas, donde fue hortelano y porteador, cargando pesadas rocas con agua para un jardinero.
Según Diógenes Laercio, dividió la filosofía en seis partes: dialéctica, retórica, ética, política, física y teología, aumentando las tres que había hecho Zenón.
[2] Un cambio de énfasis de este filósofo con respecto a Zenón parece radicar en que puso mayor atención y esfuerzo en argumentar y justificar la repulsión al Placer.
Como si la virtud consistiera también en orientar al Placer y evitar que este cometiera excesos, perjuicios a la gente, insultos a las leyes o costumbres, y cuidarlo para que no se pierda.
El semitista Johan C. Thom afirmó que con Cleantes la filosofía comenzó a operar como una forma de religión desde la época helenística en adelante.