Descolonización

El concepto histórico de descolonización se refiere al fenómeno incluido dentro del periodo conocido como la Guerra Fría, surgido tras el final de la Segunda Guerra Mundial, donde van desapareciendo los imperios coloniales que se habían formado en el siglo XIX y principios del XX.

No obstante podemos hablar que el proceso de descolonización, entendido desde una visión clásica del concepto, ya había comenzado en el siglo XVIII afectando al territorio americano.

Asimismo, la resolución especifica que todos los pueblos tienen derecho a la libre determinación, y que se deben tomar medidas para traspasar el poder a los pueblos colonizados, sin condiciones y sin represión de por medio.

De estas naciones, las ocho primeras se encontraban entre las potencias coloniales tradicionales o administraban algún territorio.

Por tanto, esta liberación exige un largo proceso que puede incluir una o varias formas de independencia.

Pese al esfuerzo que habían hecho las colonias a la victoria en la Gran Guerra (1914-1918), su situación colonial no se vio alterada, salvo casos excepcionales como las independencias vigiladas de Egipto o Irak, así el esfuerzo colectivo institucionalizado para que progresara esta causa a través de la Sociedad de Naciones se vio frenado por las potencias coloniales.

No obstante, al igual que durante la Primera Guerra Mundial, las colonias africanas mantuvieron su situación colonial pero en Asia, la expansión japonesa había alentado el nacionalismo asiático contra el dominio europeo, creando estados títeres en Filipinas o Indochina francesa.

Portugal, bajo el régimen autoritario creado por Salazar, se negó a conceder la independencia y mantuvo una guerra colonial en todas sus colonias hasta el año 1975, cuando el cambio de gobierno propició un acuerdo de independencia con las colonias.

Cuando su desarrollo se probó exitoso, estos territorios (muchas veces con nuevas divisiones geográficas) pasaron a convertirse en estados de pleno derecho.

A finales del siglo XX, la federación que conformaba la antigua Yugoslavia se desintegró, tras un periodo de guerras civiles (1991-2001) dando lugar al surgimiento de estados como Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Montenegro y Kosovo.

Así, las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania argumentan que a ellas, en contraste con otras repúblicas ex-soviéticas, no se les podía otorgar independencia de la Unión Soviética porque nunca se integraron, sino que fueron ocupadas y anexadas militarmente por Stalin (1940), tras su independencia del Imperio ruso en 1918, y por lo tanto habían sido colonizadas ilegalmente, incluyendo deportaciones masivas de sus connacionales e inmigración no invitada de rusos étnicos y otras nacionalidades soviéticas.

La dirección de los grupos anticolonialistas recayó principalmente en líderes políticos o militares pero con diferentes características.

En las independencias posteriores de África y Asia, los líderes eran nativos indígenas, en algunos casos eran de extracción humilde, que se había educado en el sistema educativo colonial a nivel local e incluso en la metrópoli o quienes había servido en el ejército colonial.

No obstante, el peso de la metrópoli es importante: Esta tendencia se ha venido a denominar neocolonialismo, un término surgido a partir de la Guerra Fría, cuando los países estaban divididos en dos bloques antagónicos, el bloque capitalista liderado por Estados Unidos, y el comunista o socialista liderado por la Unión Soviética.

Algunos opinan que el movimiento descolonizador posterior a la Segunda Guerra Mundial fue demasiado rápido, especialmente en África, y dio como resultado la creación de regímenes inestables en los nuevos países independientes.

En A Journey Through Economic Time, escribe: «El motor de la economía del bienestar se encontraba ahora en los países avanzados e industrializados.

El efecto económico en los Estados Unidos de conceder la independencia a Filipinas no se notó en absoluto.

La independencia de India y Pakistán tuvo efectos mínimos en la economía del Reino Unido.

El colonizador ya no tuvo la carga de la obligación, financiera o cualquiera otra, con sus colonias.

El colonizador continuaba teniendo acceso a bienes y servicios baratos de sus antiguas colonias.

La presión financiera, política y militar podía ser usada para obtener objetivos deseados por el colonizador.

Varios movimientos sociales, feministas, de derechos humanos, antirracistas y sindicales, sobre todo en América Latina, adhieren a estas visiones decoloniales.

Colonialismo en 1945
Cuatro organizaciones internacionales cuyos miembros coinciden prácticamente con los antiguos imperios coloniales
Incremento de la ocupación marroquí desde 1982