Eyalato de Egipto

Egipto se administró como un eyalato del imperio (turco otomano: ایالت مصر eyalet-i misir) desde 1517 hasta 1867, excepto durante la ocupación francesa de 1798 a 1801.

Egipto se mantuvo semiautónomo bajo los mamelucos hasta que fue invadido por las fuerzas francesas de Napoleón I en 1798.

Después de que los franceses fueran expulsados, se hizo con el poder en 1805 Mehmet Alí, un militar albanés del ejército otomano en Egipto.

Isma'il y Tewfik Pasha gobernaron Egipto como estado cuasi-independiente bajo soberanía otomana hasta la ocupación británica de 1882.

El cuarto gobernador, Hain Ahmed Pasha, decepcionado de que no se le había hecho gran visir y su rival Pargalı İbrahim Paşa había sido nombrado en su lugar, se declaró sultán de Egipto, independiente del Imperio otomano.

Los oficiales del ejército otomano en Egipto fueron nombrados a nivel local de las diversas milicias, y tenían fuertes lazos con la aristocracia egipcia.

Al final de esta, Qasim Iywaz muere y la oficina que ocupaba fue dada a su hijo Ismail.

La sublime Puerta no podía tomar medidas activas contra él, por lo que Alí se dedicó a consolidar sus dominios, reformar las finanzas y mejorar la administración de justicia.

Contó con los mejores generales del momento: Berthier, Caffarelli, Kléber, Desaix, Lannes, Dumas, Murat, Andréossy, Belliard y Zajączek, entre otros.

Su primer objetivo era acabar cuanto antes con Djezzar Pacha —que estaba formando un ejército para reconquistar Egipto—, porque había recibido noticias de que los británicos pretendían desembarcar en su retaguardia a un contingente otomano.

Por si fuera poco, se desató una epidemia de cólera que empezó a causar estragos entre la tropa francesa.

Junot tomó Nazaret, pero tuvo que abandonarla para acudir en ayuda de Kléber, sitiado en el monte Tabor.

En la última semana de julio, infligió una aplastante derrota al ejército turco que había desmbarcado en Abukir, ayudados por la flota británica comandada por Sir Sidney Smith.

Por ello, en los primeros años de su mandato se dedicó a afianzar y extender su poder por todo el país.

En 1811 combatió la insurrección de los wahabíes, a petición del Imperio otomano, lo que le permitió extender su autoridad sobre el Hiyaz.

Con ello Mehmet Alí se convirtió en salvaguarda del Peregrinaje y consiguió zonas estratégicas para controlar las rutas comerciales de Arabia.

A continuación, Muhammed Bey, un defterdar, fue enviado por Mehmet al mando de 4.500 hombres y ocho cañones para conquistar Kordofán.

Pretendía usar Sudán como puente para nuevas expediciones hacia Etiopía o la fuente del Nilo, aunque al final quedó en proyecto.

Cuando la guarnición egipcia en Harar fue evacuada en 1885, Zeila se vio envuelta en la competencia entre la sede en Tadjoura , los franceses y los ingleses por el control del estratégico Golfo de Adén.

IM Lewis menciona que "a finales de 1885 Gran Bretaña se preparaba para resistir un desembarco francés esperado en Zeila."

Ésta estaba constituida principalmente por buques que Mehmet había encargado en astilleros de Marsella, Tolón, Venecia, Trieste o Livorno.

En 1838 Mehmet Alí anunció su deseo de conseguir la independencia del Imperio otomano y convertir a Egipto en un reino hereditario.

De nuevo quedaba libre el camino hasta Constantinopla, pero esta vez, Mehmet prohibió a su hijo Ibrahim continuar la marcha.

Ante esta situación, Gran Bretaña, Rusia, Austria y Prusia, que veían temerosas el aumento del poder egipcio, apoyaron la causa otomana.

El 27 del mismo mes, Mehmet aceptó las condiciones que le habían impuesto, renunciando además a Creta y al Hiyaz.

Además, a partir de entonces Egipto se quedaba sin Armada y el ejército no podría superar los 18.000 efectivos.

Mehmet Ali, que se había concedido el rango honorario de gran visir en 1842, realizó una visita a Estambul en 1846, donde se reconcilió con su viejo enemigo Khosrev Pasha, a quien no había visto desde que le perdonó la vida en El Cairo en 1803.

Estos desarrollos, junto con la costosa guerra contra Yohannes IV de Etiopía, dejaron Egipto en gran deuda con las potencias europeas.

Este control del país era inaceptable para muchos egipcios, que se unieron detrás de un desafecto coronel Ahmed Orabi.

Para junio Egipto estaba en manos de los nacionalistas que se oponían a la dominación europea del país.