Revolución de los Claveles

[3]​[4]​ Este alzamiento marca el inicio del proceso que llevaría a Portugal a sus primeras elecciones democráticas libres un año después y la restauración de la democracia en Portugal tras medio siglo de dictadura.

Aunque en 1968, su fundador, António de Oliveira Salazar, sufrió un accidente que le provocó un hematoma cerebral, lo que le obligó a abandonar el Gobierno (falleció en 1970), la política autoritaria del Régimen continuó con Marcelo Caetano como presidente.

En la provincia de Guinea Portuguesa la situación era aún más grave, ya que había estallado una guerra abierta y el Gobierno apenas controlaba la capital regional, Bisáu, y algunas zonas cercanas.

Todo esto mientras el modelo económico propugnado por el Gobierno, basado en la autarquía y en la exportación de materias primas, acompañado por un débil desarrollo industrial y un fuerte mercantilismo en todos los sectores de la economía, hacía que Portugal permaneciera como el país más pobre de Europa Occidental, y generara una fuerte emigración, principalmente hacia Estados Unidos, Canadá, Francia, Venezuela y Alemania Occidental.

De hecho, Spínola había ganado fama entre los oficiales del Ejército opuestos a las políticas del Gobierno cuando en ese mismo mes publicó Portugal e o futuro (Portugal y el futuro), texto con casi 50 000 reproducciones,[5]​ donde Spínola declaraba que el país no debía proseguir la guerra en África sino buscar una «solución política».

Los jefes del MFA, creyendo inviable una salida pacífica, concluyeron que sería necesario recurrir a un levantamiento a nivel nacional para derrocar al régimen pero que, para asegurar el éxito inmediato y evitar una guerra civil, debían ampliar su círculo de contactos y, sobre todo, acelerar los planes de la revuelta cubriendo todos los detalles precisos para no dar tiempo a la reacción gubernamental.

En torno a las 04:00 horas, el Gobierno toma conocimiento por primera vez de la revuelta y de su magnitud, y se pierde el factor sorpresa, pero las órdenes del presidente Marcelo Caetano y de sus ministros, dictadas durante las tres horas siguientes para detener a los rebeldes por la fuerza no fueron obedecidas[8]​, y las fuerzas del MFA controlaron todos los puntos claves del país a las 09:00 horas.

Una camarera, Celeste Caeiro, que regresaba a casa cargada de las flores que iban a ser entregadas a los asistentes de un banquete para celebrar el primer aniversario del restaurante de autoservicio «Sir» en la calle Braamcamp (el cual fue suspendido por la situación) no pudo dar el cigarrillo que un soldado le pedía desde un tanque en la plaza del Rosío, justo al inicio del Largo do Carmo, donde los tanques de los sublevados aguardaban nuevas órdenes en una tensa espera desde la madrugada.

La intervención de la fragata Almirante Gago Coutinho en la desembocadura del Tajo para liberar al Gobierno fracasa a las 12:00 horas[8]​, mientras los comunicados del MFA declaran tener bajo control todo el país y que "se acerca la hora de la liberación".

Caetano indicó a Spínola que capitulaba con todo el Consejo de Ministros ante un general «para evitar que el poder caiga en la calle» y fue sacado con los que habían sido sus ministros en un transporte de tropas Bravia Chaimite a las 19.00 horas,[10]​ en medio de la multitud en las calles, para ser mantenido bajo arresto.

Horas después, en circunstancias poco claras, y probablemente con la mediación de potencias internacionales, Caetano y los exministros fueron autorizados por el nuevo Gobierno revolucionario a volar hasta las islas Azores, desde donde partieron al exilio hacia Brasil.

Estos oficiales se rindieron sin lucha, en tanto la gran mayoría de reclutas y suboficiales ya habían reconocido horas antes la legitimidad del nuevo Gobierno.

Desde su cuartel general lisboeta, realizaron disparos contra manifestantes civiles a las 20:30 horas en un esfuerzo por resistir al levantamiento; los agentes policiales que apoyaban a Caetano quedarían cercados por el Ejército en las horas sucesivas y se rendirían finalmente al nuevo Gobierno a las 09.46 horas del día siguiente.

[8]​ La ausencia de apoyo a Caetano entre las Fuerzas Armadas causó que los nostálgicos de la policía política se rindieran poco después,[5]​ al ser inviable oponerse por la fuerza al peso del Estado.

Duró dos años el periodo turbulento que siguió a la Revolución de los Claveles, caracterizado por luchas entre la izquierda y la derecha.

Por primera vez aparecieron críticas veladas por no afrontar la descolonización como habían hecho el resto de países europeos.

Por ello, el gobierno español apoyó activamente a la derecha portuguesa opuesta al MFA y en paralelo fortaleció la represión política dentro de España para evitar que el ejemplo portugués alimentara a los grupos opositores.

En Portugal, el levantamiento que depuso a la dictadura es conocido popularmente como el 25 de abril .
Mitin comunista en Oporto , en 1980, conmemorando el 25 de abril .
Mural conmemorativo de la Revolución de los Claveles. Colección de António Paixão Esteves en el Centro de Documentación 25 de abril [1] .
Celebración del 34.º aniversario de la Revolución de los Claveles, en 2008.