La Sociedad de Naciones impuso leves sanciones económicas a Italia, que no tuvieron mucha repercusión.
Las tropas británicas contaban en todo el África Oriental con unos 100 aviones operativos, los cuales se encontraban desplegados del siguiente modo: Las unidades acantonadas en Sudán tenían la misión de proteger la navegación aliada en el Mar Rojo (incluidas las patrullas antisubmarinos).
Las fuerzas italianas incluían a miembros del Regio Esercito, tropas coloniales del África Oriental Italiana (eritreas, etíopes y Dubats de Somalia), e incluso un reducido número de voluntarios alemanes (la compañía motorizada alemana).
En el período inmediatamente anterior al estallido de la guerra, poco se hizo para reforzar a los ejércitos presentes en la colonia.
El puerto era un enlace entre la Europa ocupada por el Eje y las instalaciones navales en la zona de concesión italiana en Tientsin en China.
Al día siguiente aviones de la Regia Aeronautica bombardearon Puerto Sudán y Adén.
Desde entonces los italianos se conformaron con realizar pequeñas escaramuzas desde Etiopía contra las posesiones británicas de Sudán y Egipto.
Estos ataques avanzaron rápidamente, logrando llegar a Eritrea y capturar la Somalilandia Italiana tras la batalla de Keren.
El 5 de mayo el emperador Haile Selassie regresó a Etiopía, y desde entonces aquel día fue considerado una fecha patria.