Fue enviado al exilio en Madagascar por las autoridades francesas en 1953 junto con su padre el rey Mohamed V, aunque se le permitió regresar en 1955, cuando Francia se decidió a poner fin al Protectorado de Marruecos.Durante los disturbios entre 1958 y 1959, dirigió la represión contra los rifeños en las montañas del Rif.Su gobierno conservador fortaleció la dinastía alauí, y con la invasión del Sahara español logró que los españoles cedieran el territorio saharaui, que quedó repartido entre Marruecos y Mauritania por los acuerdos de Madrid.Durante su reinado existió una férrea represión política bajo la que desaparecieron varios centenares de personas.En una ocasión, los conjurados (dirigidos por la mano derecha del monarca, el general Mohammed Ufqir) estaban tan seguros de que no había sobrevivido que se llegó a anunciar la proclamación de la república por las radios del país.En cuestiones diplomáticas, estaba cerca de los Estados Unidos sin oponerse frontalmente a la Unión Soviética.[3] Tenía muy buenas relaciones con Francia, incluso con parte de su élite mediática y financiera.Más tarde, Hasán II se mostró a favor del segundo bloque.Para Abdallah Laroui, “se acababan las grandes esperanzas que habían acompañado la lucha por el regreso del rey exiliado y por la independencia (…).En lugar de la modernización largamente esperada, se asistió a una tradicionalización en toda regla”.[20] En 1972, Hasán II volverá a elaborar una nueva Carta Magna, y tratará de agarrarse a un discurso nacionalista para reconciliarse con la población, centrándose en viejos objetivos como la “recuperación del Sáhara Occidental”.[19] En los años noventa, dada la delicada situación económica que atravesaba Marruecos, el rey Hasán II abrió canales de diálogo con la oposición con el fin de unir los esfuerzos entre los partidos políticos y las instituciones monárquicas.Como consecuencia de esta iniciativa en 1998 se construyó un nuevo gobierno cuyo primer ministro fue Abderrahmane Youssoufi nombrado a dedo por Hasán II.El toque personal de Hasán II en la política exterior —muy distinto del de su padre Mohamed V, por cierto— se hacía cada vez más palpable a medida que Marruecos iba abriéndose al escenario político internacional con los países occidentales al igual que con los países árabes.Hasán II respondiendo a una pregunta en relación con su política exterior confesó que intentaba emprender nuevas estrategia y políticas distintas de las que se conocían en algunos países del Magreb y del Oriente.Hasán II con apenas catorce años acompañaba a Mohamed V en sus reuniones con los cargos altos del protectorado francés.Puedes contribuir aportando información sobre títulos y tratamientos de esta persona.
Moulay Hassan y su padre, el sultán
Mohamed V
en 1950.