Tras varios destinos en África del Norte, fue enviado en 1914 a Francia para pelear en la Primera Guerra Mundial.
Finalizada la guerra, Giraud sirvió en Constantinopla bajo el mando del general Louis Franchet d'Espèrey.
Giraud manifestó su apoyo a Pétain y al gobierno de Vichy, pero rehusó cooperar con los alemanes.
Eisenhower, quien le dio el seudónimo King-Pin, le pidió que comandase las tropas francesas en Argelia, Marruecos y Túnez después de la Operación Torch para que las instara a reiniciar la lucha contra Alemania, pero Giraud se decepcionó por cuanto esperaba comandar toda la operación y no solo persuadir a sus compañeros de armas.
Rehusó dirigirse inmediatamente hacia Argel, donde la Resistencia francesa lo estaba esperando, y se quedó en Gibraltar hasta el 9 de noviembre.
Giraud llegó a Argel la tarde del 9 de noviembre, pero su presencia y discurso instando a reiniciar la lucha contra los nazis no tuvo el efecto deseado, por lo que al día siguiente Giraud estuvo de acuerdo en subordinarse a Darlan como comandante del Ejército Francés de África del Norte.
Giraud también perdió influencia ante británicos y estadounidenses cuando se negó a revelar sus planes para la invasión de Córcega hasta el último minuto.
Giraud rehusó un puesto como inspector general del ejército donde carecía de todo mando efectivo, y decidió retirarse.
Publicó dos libros sobre sus experiencias: Mis evasiones (Mes évasions) y Una única meta, la victoria: Argel 1942-1944 (Un seul but, la victoire: Alger 1942-1944).