A partir de ahí, los imperios de España, Portugal, y desde comienzos del siglo XVII, Inglaterra (1607), Francia (1604), Países Bajos (1625) o Rusia (1741), conquistaron y colonizaron una gran parte del territorio americano.
Algunas regiones, como la Patagonia, el Gran Chaco, la Amazonía y los desiertos del norte de Mesoamérica no fueron completamente controladas por el Imperio Español.
La revolución cultural y tecnológica no tuvo precedentes, con la introducción de la religión católica, el idioma español, la legislación, orden social y el concepto de administración occidental, especies animales (perros, bueyes, caballos, gallinas, ovejas, conejos, burros o cerdos), cultivos (cebada, trigo, olivo, vid, algodón, caña de azúcar, arroz o café), y técnicas de construcción naval (astilleros), civil (puertos y caminos), militar (fortificaciones) o eclesiástica (órdenes seglares o seculares).
Con el tiempo, se generó por primera vez en la historia una gran población mestiza, tanto genética como culturalmente, por la convivencia de pueblos originarios, africanos subsaharianos y europeos.
La principal actividad económica era la explotación azucarera con mano de obra esclava procedente del comercio triangular desde las colonias portuguesas en África.
Francia emprendió acciones junto a la confederación Huronesa contra sus enemigos, conocidas como las guerras de los Castores.
Durante el siglo XVII Francia llevó a cabo exploraciones adentrándose en Norteamérica, con el propósito de ocupar el territorio y evangelizar a los indígenas, siguiendo un modelo similar al español y opuesto al inglés.
Por ello, para la primera mitad del siglo XVIII había establecimientos franceses en Detroit, Niágara, Illinois y Nueva Orleans (Estados Unidos).
Estos puestos le proporcionaron a Francia el control de un territorio que se extendía desde Canadá hasta Luisiana.
En sus inicios, la administración del territorio estaba descentralizada y conferida a los comerciantes o corredores de bosques que colonizaban cada zona.
En 1858 Francia se anexionó la isla Clipperton, cuya soberanía frente a México le fue reconocida en 1931.
Durante el siglo XVIII Inglaterra fue ocupando los territorios al norte de las Trece Colonias incorporándolos a la Norteamérica británica.
Tras la guerra de Coalición obtuvo la Guyana Británica, habiendo tenido establecimientos temporales en los siglos anteriores.
En el siglo XVII, Federico Guillermo impulsó que la Compañía Brandemburguesa Africana arrendara una parte Saint Thomas a Dinamarca.
Brandeburgo-Prusia llevó a cabo otros intentos por hacerse con colonias en las islas caribeñas, sin resultado ante la competencia de las diferentes naciones europeas en la zona.
Además, en 1972 la RDA obtuvo la isla Ernest Thaelmann (Cuba), a cuya soberanía renunció en 1990 con la reunificación alemana.
[23] Durante el siglo XIX se sucedieron las iniciativas privadas como la malograda colonia venezolana impulsada por Carlo Castelli de 1841.
En 1728 el religioso Hans Egede realizó un nuevo esfuerzo colonizador en Groenlandia con la fundación de Godthåb, cuyo principal interés económico era la pesca ballenera.
Tras la abolición del comercio de esclavos en 1803, y su posesión en 1848, estas colonias entraron en declive.
La Compañía Sueca de las Indias Occidentales la convirtió en puerto franco y se importaron esclavos africanos.
Además, para frenar la amenaza expansionista rusa, España comenzó en 1769 un sistema de misiones y presidios militares hasta la actual Columbia Británica (Canadá).
Stuart Town, fundada en 1684, fue considerada una amenaza anexionista y fue desmantelado en 1686 por una expedición española desde el fuerte de San Agustín.
Ambos eran semejantes a los señoríos territoriales y jurisdiccionales vigentes en España hasta su abolición el siglo xix.
[73][64] La población indígena estuvo sometida a esclavitud cuyo alcance y duración en el tiempo varía función de la potencia colonizadora.
[75]Hasta el siglo XIX los principales comerciantes de esclavos negros fueron ingleses, portugueses, franceses y holandeses.
[77] [78]En Hispanoamérica, la raza en sí no implicaba limitaciones en derechos civiles o sociales, siendo frecuentes los matrimonios mestizos.
[84] Las especies animales introducidas fueron perros, bueyes, caballos, gallinas, ovejas, conejos, burros o cerdos.
Las especies vegetales fueron, por ejemplo, la cebada, trigo, olivo, vid, algodón, caña de azúcar, arroz o café.
Las lenguas más habladas en la actualidad son el español, inglés, portugués, seguidas en menor medida del francés y neerlandés.
Las lenguas indígenas del continente americano sólo perviven en los territorios que pertenecieran al imperio español.