Su padre, que era profundamente religioso, le consideraba inhabilitado para la sucesión al trono.
La ceremonia oficial se celebró en Copenhague el 11 de diciembre del mismo año.
Con Luisa tendría cinco hijos, el mismo número que procreó con su amante favorita, Else Hansen.
Pese a su alcoholismo y su carácter disipado, el rey gozó de buena popularidad entre sus súbditos.
Sus últimas palabras, según se nos informa, fueron: "Es un gran consuelo para mí en mis últimos momentos, que nunca he ofendido voluntariamente a ninguna persona y que no hay una sola gota de sangre en mis manos."