Desde su coronación en 1727, prestó poca atención a la política doméstica, cuyo control residía en el Parlamento de Gran Bretaña.
Durante los dos siglos que siguieron a su fallecimiento, los historiadores lo vieron con desdén, haciendo especial hincapié en sus amantes, su carácter explosivo y su grosería.
[1] Confinada en un palacio de Ahlden, se le denegó el contacto con sus dos hijos, quienes probablemente no la volvieron a ver.
[30][31] Carolina siguió los pasos de su marido y llegó a Gran Bretaña en octubre con sus hijas, mientras que Federico se quedó en Hannover, donde lo criaron sus tutores privados.
[35][36] Llevó a cabo una entrada real pasando por Chichester, Havant, Portsmouth y Guilford, localidades sureñas de Inglaterra.
[37] Al público se le permitió verle cenar en el palacio real de Hampton Court.
[42] El príncipe y la princesa de Gales abandonaron la corte, pero sus hijos se quedaron allí, bajo la custodia del rey.
[52] En 1720, Walpole impulsó la reconciliación entre padre e hijo en pos de la unidad pública y estos aceptaron, aunque con reticencias.
[53][54][55] Tanto Walpole como Townshend retomaron sus cargos políticos y se volvieron a unir al gabinete.
[63] El poder de los whigs era tal que los tories no volvieron a gobernar durante medio siglo.
[77] Walpole dirigía la política doméstica y, tras la dimisión de su cuñado, Townshend, en 1730, pasó a controlar también la exterior.
[97][98][99] El rey, que tenía fama de tacaño,[97][98][99] le ofreció una solución privada, pero Federico la rechazó.
[117] El príncipe Federico hizo campaña activa por la oposición en las elecciones generales de 1747 y Walpole no consiguió granjearse una mayoría estable.
[118][119] Intentó ganarse el favor del príncipe con la promesa de que incrementaría su prestación y pagaría sus deudas, pero este se negó.
[121] Carteret dirigía la facción favorable a la guerra y aseguraba que el poder francés se incrementaría si María Teresa no conseguía erigirse como sucesora al trono austriaco.
[122] Jorge estuvo de acuerdo en enviar doce mil mercenarios hessianos y daneses a Europa para ofrecerle apoyo.
Sin consultar a sus ministros británicos, los estacionó en Hannover para evitar que las tropas enemigas se internasen en el electorado.
[134][69][136] Los franceses que se oponían a Jorge instigaron la rebelión de los jacobitas, que apoyaban al demandante católico del trono británico, Jacobo Francisco Eduardo Estuardo, conocido como el Viejo Pretendiente e hijo de Jacobo II, depuesto en 1688 y reemplazado por sus relaciones protestantes.
[138] Las jacobitas derrotaron a las fuerzas británicas en septiembre en la batalla de Prestonpans y después pusieron rumbo al sur, adentrándose en Inglaterra.
[145] Cuando este falleció de manera repentina en 1751, su hijo mayor, el príncipe Jorge, se convirtió en heredero.
He perdido a mi hijo mayor; pero me alegro de ello [...] Ahora [Luisa] se ha ido.
Sé que no amaba a mis hijos cuando eran jóvenes: odiaba tenerlos corriendo por mi habitación; pero ahora los amo tanto como la mayoría de los padres».
Las hostilidades entre Francia y Gran Bretaña, con especial incidencia en lo relativo a la colonización de América, seguían candentes.
[160][161] Hannover fue invadida en 1757, y Jorge le concedió poderes totales para alcanzar una paz de manera independiente.
[172][173] Tras unos pocos minutos, su valet escuchó un estruendo y accedió a la habitación, donde se encontró al rey tendido en el suelo;[172][173] su médico, Frank Nicholls, anotó que «parecía que justo se había levantado de su retrete, como si fuese a abrir el cajón de su escritorio».
[176][177] Jorge donó la biblioteca real al Museo Británico en 1757, cuatro años después de que este abriera sus puertas.
[186] Las biografías escritas durante el siglo XIX y comienzos del XX se basaron en estas fuentes sesgadas.
[187] Desde el último cuarto del siglo pasado, los análisis académicos de su correspondencia apuntan a que no habría sido tan inefectivo como se pensaba.
[191] Esta revaluación académica, sin embargo, no ha conseguido desterrar por completo la percepción que se tenía de él como un «rey ligeramente grotesco».
[196] Puede que no desempeñara un papel fundamental en la historia, pero tuvo su influencia en determinados momentos y sostuvo el gobierno constitucional.