Fue el último monarca británico en ser enterrado fuera de las fronteras del Reino Unido.
[2] Su madre estuvo ausente durante prácticamente un año, entre 1664 y 1665, ya que se tomó unas vacaciones convalecientes en Italia, pero se interesó en todo momento por ellos y mantuvo el contacto a través de cartas que le enviaba a su institutriz.
[5] El tío que aún vivía, Jorge Guillermo de Celle, había contraído matrimonio con su amante para hacer legítima a su única hija, Sofía Dorotea, pero parecía poco probable que fuese a tener más vástagos.
[6] En 1683, Jorge y su hermano, Federico Augusto, participaron en la batalla de Kahlenberg, en el marco de la Gran Guerra Turca; mientras tanto, Sofía Dorotea dio a luz a su primer hijo con él, Jorge Augusto.
[8] Esto provocó la ruptura de la relación entre padre e hijo y entre los hermanos, que se prolongó hasta la muerte en combate del propio Federico Augusto en 1690.
[9] Sin embargo, las fuentes de Hannover, incluida la propia Sofía, negaron conocer su paradero.
[10] Se le denegó el contacto con sus hijos y su padre, no se le permitió casarse de nuevo y tan solo podía caminar, sin compañía, por los patios de la mansión.
[15] Ese mismo año, falleció el tío que le quedaba a Jorge y este heredó más territorios alemanes; a saber, el Principado de Luneburgo-Grubenhagen, cuya ciudad principal era Celle.
[18] Su dirección no fue del todo exitosa, en parte porque su aliado, el duque de Marlborough, lo engatusó para que llevase a cabo un ataque de distracción que resultó infructuoso y en parte porque el emperador José I se apropió de los fondos que él necesitaba para seguir adelante con la campaña.
[18] Pese a esto, los príncipes alemanes pensaban que se había desenvuelto considerablemente bien.
[21][22] En respuesta a esta medida, el Parlamento inglés aprobó medidas que amenazaban con restringir el comercio angloescocés y minar la economía escocesa si su parlamento no aceptaba los términos de sucesión hannoverianos.
[26] Jorge anunció en 1710 que sería el sucesor en Gran Bretaña por derecho hereditario, puesto que este se le había retirado a los Estuardo y le pertenecía a él.
[27] Jorge era ahora el candidato mejor situado para suceder a la reina Ana.
[33] Varios miembros del derrotado partido tory simpatizaban con los jacobitas, que buscaban reemplazar a Jorge por el hermanastro católico de Ana, Jacobo Francisco Eduardo Estuardo —conocido como «Jacobo III y VIII» entre los que lo apoyaban y «el Pretendiente» por sus oponentes—.
[33] En febrero de 1716, amenazados por una derrota inminente, Jacobo y lord Mar huyeron a Francia.
[33] Su desconfianza hacia los tories provocó que le cediera el poder a los whigs;[34] estos se hicieron tan poderosos durante el reinado de Jorge que sus rivales políticos no volvieron a gobernar durante medio siglo.
[36] Tras su ascenso al trono británico, la relación de Jorge con su hijo, que siempre había sido pobre, empeoró.
[38] El príncipe de Gales, a quien no le gustaba el duque, lo insultó de manera verbal durante la ceremonia y este se lo tomó como un desafío para un duelo, lo que enfureció al rey, que le pidió a su hijo que abandonara la residencia real, el Palacio de St.
La subsiguiente contienda estalló por el mismo motivo que la guerra de sucesión española.
[41] En abril establecieron una base en el castillo de Eilean Donan, en la costa occidental escocesa, pero los navíos británicos la destruyeron un mes después.
En cambio, en Gran Bretaña, Jorge tenía que gobernar a través del Parlamento.
Townshend fue destituido en 1717, mientras que Walpole abandonó el gabinete a causa de los desencuentros con sus colegas;[46] lord Stanhope asumió la más alta autoridad en materia de asuntos exteriores y lord Sunderland hizo lo propio con los domésticos.
[48] Tanto Walpole como Townshend fueron reelegidos como ministros al año siguiente y se formó un nuevo gobierno whig, supuestamente unificado.
Muchos particulares, incluidos aristócratas, perdieron sumas considerables y algunos se vieron abocados a la ruina.
[77] Aunque cada vez confiaba más en Walpole, Jorge retenía la potestad de reemplazar ministros.
[nota 4] Fue enterrado en la capilla del palacio de Leine, en Hannover, pero sus restos se trasladaron a los Herrenhäuser Garten tras la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, Walpole recabó una considerable mayoría en el Parlamento y a Jorge II no le quedó otra opción: o lo mantenía o se arriesgaba a desencadenar una inestabilidad ministerial.
[30] El trato que le daba a su esposa, Sofía Dorotea, se convirtió en un escándalo.
El autor y novelista William Makepeace Thackeray expresó dichos sentimientos ambivalentes con las siguientes palabras: Los escritores del siglo XIX, tales como el propio Thackeray, sir Walter Scott o Philip Henry Stanhope, basaron sus relatos en escritos de primera mano, sesgados, publicados en el siglo anterior, como las memorias de John Hervey, y analizaron la causa jacobina con una perspectiva romántica, incluso comprensiva.
[88] John H. Plumb hizo notar lo siguiente: Aun así, el carácter de Jorge I sigue siendo esquivo; se mostraba en ocasiones cordial y afectuoso con su hija en las cartas que le mandaba, y después soso e incómodo en público.