Guillermo recibió un país agrandado a expensas del Principado de Hanau, cuya dinastía se había extinguido.
En ese país vivíría el príncipe elector la mayor parte del tiempo hasta que, tras la batalla de Leipzig en 1813, pudo recuperar sus territorios.
Tomó parte en los combates sucesivos contra Napoleón Bonaparte y recibió una importante compensación en el Congreso de Viena.
Restableció todo el sistema administrativo previo a la ocupación francesa, invalidando el código napoleónico, y dejando sin validez los contratos de compra-venta efectuados durante el reino de Westfalia, sin otorgar una compensación económica.
También expulsó del país a todos los pobladores que no fuesen de Hesse.