Fortificaciones de España en América

[1]​ En la actualidad son símbolos nacionales y recursos turísticos de primer orden.Además de amurallar las poblaciones se edificaban castillos en la parte más elevada, que permitía el control del territorio y permitía una defensa eficaz.Hacia 1550 las rutas del comercio y navegación en Hispanoamérica implicaban un número reducido de principales puertos en cada territorio español.La Habana se convirtió en el punto de encuentro para los dos viajes anuales a través del atlántico.[3]​ También se construyeron otras fortificaciones secundarias en Yucatán, Florida, América Central, Venezuela[4]​ y las islas para desalentar asegurar el control del territorio, disuadir el contrabando y evitar el ataque extranjero sobre las poblaciones americanas.El ataque a La Habana (1555) por el corsario francés Jacques de Sores evidenció la necesidad de contar con fortificaciones y fuertes más grandes y resistentes.Setenta años después de la expedición de Magallanes-Elcano, el inglés Francis Drake accedió al Pacífico, y para finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, atacantes ingleses, franceses, holandeses y bucaneros asolaban el comercio y los puertos españoles a lo largo de las costas del Pacífico y forzaban a los españoles a fortificar El Callao, Panamá, Acapulco, puerto de la ruta anual Galeón de Manila.En efecto, los nuevos ataques mandados por Isabel I de Drake y Hawkins en 1595 durante la guerra anglo española contra las fortificaciones mejoradas fracasaron en San Juan, Puerto Rico, y en Cartagena.En 1563 el ingeniero Francisco Calona comenzó a rediseñar las fortificaciones de La Habana para incorporar las últimas mejoras técnicas para acciones ofensivas o defensivas.Durante el siglo XVII las fortificaciones que se construyeron tenían un carácter eminentemente defensivo.A su vez, estos lugares permitían un punto de apoyo para las acciones bélicas contra España.Ante nuevos ataques y saqueos como el del holandés Laurens de Graaf a Campeche en 1672 o Veracruz en 1683.En este periodo, las fuerzas y fortificaciones españolas ayudaron a resistir, repeler y dar la victoria ante los ataques ingleses a San Agustín (1740), Cartagena de Indias (1741), La Guaira (1743), Puerto Cabello (1743).Durante la siguiente guerra anglo española, nuevamente los ingleses trataron de anexionarse parte del territorio español, fracasando ante las defensas de San Felipe del Morro en San Juan de Puerto Rico (1797), pero logrando rendir Trinidad.