Como toda la familia de Gustavo Adolfo fue desterrada, el heredero más próximo fue el propio Carlos.
Carlos Augusto, que había apoyado la conspiración contra Gustavo IV Adolfo, llegó a Estocolmo a principios de enero de 1810, y fue nombrado príncipe heredero ese mismo año.
El conde Carl Otto Mörner, por propia iniciativa decidió viajar a Francia y conseguir un nuevo hijo adoptivo al rey, que en este caso fue el mariscal Jean-Baptiste Jules Bernadotte, militar del ejército de Napoleón Bonaparte.
La candidatura de Bernadotte fue ganando adeptos entre la aristocracia sueca y finalmente fue elegido nuevo príncipe heredero en 1810.
Como en Suecia, Carlos fue únicamente un rey nominal en Noruega y su precario estado de salud le impidieron ser coronado en este último país.
Fruto del matrimonio nació un hijo: Mantuvo además una relación antes del matrimonio con Augusta Fersen, con quién procreó un hijo ilegítimo: Ante la ausencia de herederos legítimos que le sobrevivieran, el monarca adoptó con este propósito a: