Pintura de Argentina

La tercera década del siglo XX representó una etapa fundamental para el desarrollo de la pintura, realizándose grandes acontecimientos relacionados con nuevas orientaciones estéticas.Hoy solo hay dos colecciones: en Uquía (escuela cuzqueña) y en Casabindo (maestro de CTC).Entre ellos se contaron el marino inglés Emeric Essex Vidal (1791-1861), un acuarelista que ha dejado importantes testimonios gráficos del pasado argentino; Carlos Enrique Pellegrini (1800-1875), ingeniero francés que se dedicó a la pintura por necesidad y que sería padre del presidente Carlos Pellegrini; el marino Adolphe d'Hastrel (1805-1875), que publicó sus dibujos y acuarelas en el libro Colección de vistas y costumbres del Río de la Plata (1875); los litógrafos Andrea Bacle (1796 - 1855) y César Hipólito Bacle (1790-1838); entre otros.En la tercera década aparece Carlos Morel (1813-1894), quien ha sido considerado el primer pintor estrictamente argentino, ya que se educó en Buenos Aires y nunca viajó fuera del país.Un caso especial fue Cándido López (1840-1902), que tuvo una producción errática hasta el estallido de la Guerra de la Triple Alianza, a la que registró en grandes cuadros con visiones panorámicas, resultando en un estilo similar al movimiento naïf y valiosos aportes a la información histórica.Eduardo Sívori (1847-1918), introdujo el naturalismo, con obras clásicas como El despertar de la criada, seguido por pintores como Reynaldo Giudici (1853-1927) y Ernesto de la Cárcova (1866-1927), este último destacado con Sin pan y sin trabajo.[21]​ Los primeros grandes movimientos pictóricos en la Argentina, con características propias de una pintura latinoamericana que comenzaba a desarrollarse en todo el continente, coinciden con las primeras manifestaciones de libertad política en el país, con la sanción del voto secreto y universal para varones en 1912 y la llegada al gobierno del primer presidente elegido por voto popular, Hipólito Yrigoyen en 1916 y la revolución cultural que implicó la Reforma Universitaria de 1918.De todos modos, estos "grupos" no estaban unidos por misma escuela, una única teoría estética, ni por llevar adelante acciones conjuntas.Spilimbergo, por ejemplo, había dejado que la influencia del cubismo le diera una forma particular a su constructivismo, en cierto modo similar al de Badi.Del Prete y Butler, en cambio, pertenecían a la corriente expresionista, En 1922 comenzó a circular la revista Martín Fierro, que pronto tomó partido por el Grupo de Florida, dirigida por el poeta Evar Méndez.[24]​ En 1928 fue fundado en Buenos Aires el Nuevo Salón, en que exponían sus obras alternativamente artistas como Héctor Basaldúa, Pedro Figari, Horacio Butler, Guttero, Norah Borges, Morera, Pettoruti, Xul Solar, Spilimbergo y otros.En esta segunda etapa, las agrupaciones se formaron principalmente en base al estilo pictórico más habitual de cada artista.Mientras el centro de la escena era ocupado por estas vanguardias, permanecían en actividad numerosos pintores académicos e impresionistas, como Ítalo Botti Enrique Borla y la producción pictórica clásica del exitoso arquitecto Alejandro Bustillo entre los primeros.En Córdoba se destacan artistas como Lino Eneas Spilimbergo, José Américo Malanca, Mariana Accornero, Roger Mantegani, Angela Alonso, Carlos Alonso, Marcela Argañaraz, Pedro Pont Vergés, Olga Argañaraz, Tito Miravet, Patricia Ávila, Sergio Fonseca, María Teresa Belloni, Eduardo Bendersky, Niní Bernardello, Ernesto Fariña, Natalia Bernardi, Fernando Fader, Vanesa Di Giacomo, Fernando Fraenza, Liliana Di Negro, Nicasio Alberto, Zulema Di Siena, Diego Cuquejo, Alejandra Escribano, Martiniano Scieppaquercia, Alejandra Espinosa, Eduardo Giusiano, Clara Ferrer Serrano, Antonio Seguí, Cristina Figueroa, Arando Sica, Susana Funes y José Aguilera entre otros.La pintura abstracta en la Argentina, tuvo como precursor a Emilio Pettoruti, quien luego de estar once años en Europa, regresó en 1924 y expuso sus obras futuristas en el Salón Witcomb, causando un gran revuelo en el ambiente artístico bonaerense.Su carrera terminaría, a partir de los años 1950, con la evolución al arte abstracto, sin perder nunca la precisión en el tratamiento del espacio, las formas y las superficies.También se desarrolló un lirismo intimista, derivado muy tardío del escaso fauvismo creado en la Argentina, cuya máxima expresión fue la obra de Miguel Carlos Victorica (1884-1955), seguido por otros menos conocidos, como Eugenio Daneri o Miguel Diomede.Muy rara vez fue superado como máxima reunión de los artistas plásticos argentinos, y como el premio anual más prestigioso.Durante los años 1930 se había creado el Salón Nacional de Artes Visuales, que exponía y premiaba a los artistas locales en forma oficial y elevándolos a un nivel que ninguna otra exposición podía darles.De modo que para 1945 organizaron un Salón Independiente, donde se premió a los artistas más activos en las manifestaciones contra el gobierno.[38]​ Fundado por Gyula Kosice y Carmelo Arden Quin, incluyó a artistas como Rhod Rothfuss, Martín Blaszko, Waldo Longo, Diyi Laañ.[42]​ Afiliado al socialismo, Berni, que se destacó en los años 1920 como precursor del surrealismo, en la década siguiente se especializó en grandes lienzos con retratos de obreros protestando o sufriendo, que a veces eran reemplazados por fotos y composiciones con piezas de material tal como metales, madera y plástico.En esa época había pasado al realismo o neorrealismo, y siguió recurriendo a recursos de vanguardia para sus obras.Las denuncias sociales se hacían desde el recurrente retrato de dos personajes imaginarios, Juanito Laguna y Ramona Montiel.Por otro lado, gran parte de su producción reemplazó al óleo por el acrílico, lo que dio mayor fuerza expresiva a sus trazos lineales.El neosurrealismo argentino, a partir de los años 50, retomarían esta senda en la que convivían poesía, metafísica y elementos oníricos.El Movimiento Espartaco o Grupo Espartaco, a fines de la década del 50, integrado por Esperilio Bute, Ricardo Carpani, Mario Mollari, Juan Manuel Sánchez,y Carlos Sessano, entre otros, vinculó la pintura al compromiso activo con las luchas sociales y en especial los sindicatos, desarrollando líneas estéticas insertas en las tradiciones latinoamericanas.En este camino, Marcelo Bonevardi, Alejandro Puente y Pérez Celis alimentaron el denominado constructivismo rioplatense.Muchos de los artistas presentan modelos fragmentarios, discontinuos, con una mirada irónica sobre los temas que abordan y con constantes citas al mundo del arte.Algunos de los pintores que se inscriben en esta tendencia son Marcia Schvartz, Ana Eckell, Guillermo Kuitca, Duilio Pierri, Diana Dowek, Victor Grippo, Fabian Marcaccio, Pablo Siquier, Martín Pérez Agripino, Santos Pereyra, Magdalena Jitrik, Martín La Rosa, Silvia Gurfein, Fabián Burgos, Agustín Trama, Verónica Di Toro, Diego Mur, Adriana Minoliti, Max Gómez Canle,Estanislao Florido y Santiago Iturralde entre otros.
Cueva de las Manos , río Pinturas, Santa Cruz , 7300 a. C. El arte más antiguo de Sudamérica.
Guerrero felino , Cultura de la Aguada (650-950).
Bajando miel (1749-1767), Florián Paucke.
Benito Quinquela Martín (1890-1977), del Grupo de La Boca . Expresó una corriente que pintó un barrio.
Raúl Soldi (1905-1994), exponente de la pintura sensible. El techo del Teatro Colón es obra suya.
El Palais de Glace , donde se han celebrado la mayoría de las versiones del Salón Nacional de Artes Visuales.
1965: Marta Minujín y su «arte efímero». Transformar el obelisco en un helado para que la gente lo consuma. En el marco de las experiencias culturales del Instituto Di Tella , dirigido por Jorge Romero Brest .