Víctor Chab

Sus padres, ambos inmigrantes sirios de origen judío nacidos en Damasco, luego de un breve paso por Cuba, se instalaron en la Argentina donde se dedicaron al comercio.[9]​ A los 13 años, apenas salido de la escuela primaria, ya había definido su vocación por la pintura.En 1947 obtiene el Segundo Premio del XXVI Salón Anual de MEEBA.El jurado, integrado por Antonio Berni y Miguel Carlos Victorica, entre otros, otorgó este premio a la obra Manzana sobre mesa, que el crítico Gonzalo del Castillo calificó de «sensible», característica inusual para un artista de sólo 17 años.A pesar de este temprano reconocimiento, Chab quemó en el patio de su casa en Villa Urquiza toda la obra producida en los años previos a su primera exposición individual.En 1952 conoce a Juan Andralis, alumno del pintor surrealista Batlle Planas, con quien entabló una estrecha amistad de profunda compenetración intelectual.Es una época de gran avidez en la que tomó contacto sistemáticamente con el arte universal y contemporáneo.Presentó la obra Diálogo que fue representativa de esta primera pasión surrealista en su manera más ortodoxa.En ese momento estaba cumpliendo con el servicio militar en una oficina en Tandil, encontró tintas y comenzó a experimentar con ellas.Sus obras de los dos siguientes años trasuntan su visión personal del surrealismo.En 1954 expuso en Buenos Aires, «Seis pintores», junto a cinco alumnos de Batlle Planas: Roberto Aizenberg, Guillermo Berrier, Inés Blumencweig, Julio Silva y Jorge Kleiman.Continuó experimentando con tintas como en las obras Saludo del ángel, y Otra versión de Maldoror.Luego mojó con agua el papel y, la tinta que cubría a la témpera, se escurre.Así, el negro de tinta solo permanece en aquellos lugares que –con intención o por azar– no fueron cubiertos por la témpera.En la etapa 1956-1959 predominan los rasgos geométricos, la intervención de la razón nunca eliminó totalmente su imaginación.En 1957 reunió al grupo conocido como «Siete pintores abstractos»: Rómulo Macció, Clorindo Testa, Josefina Robirosa, Kasuya Sakai, Marta Peluffo, Osvaldo Borda y el propio Chab.Macció diseñó el catálogo que –inusual por su calidad para la época– retrata a los artistas y documenta con fotos las obras exhibidas.Este se propone un programa de exposiciones y publicaciones -entre ellas la revista del mismo nombre- que aglutine los artistas actuantes en distintas poéticas resultantes del encuentro entre el surrealismo y la abstracción lírica.Entre 1960 y 1962 fue una etapa de grandes telas trabajadas con óleo en el que la gestualidad es el elemento predominante.1962 fue el año del comienzo de una serie que se extiende a lo largo de una década y que la crítica denominó «Bestiario»: formas abstractas con reminiscencias zoomórficas.Este procedimiento permite lograr ciertas calidades, como los color plenos, que convierten a la monocopia en una técnica de ricos recursos plásticos.Dos tendencias» en el Museo Nacional de Bellas Artes, una exposición dedicada a las distintas vertientes geométricas en diálogo con el surrealismo.El color cobra una importancia que presagia la vibración de su paleta actual.Paralelamente a las grandes telas al óleo, la inmediatez del trabajo sobre papel y la ductilidad de la tinta le resulta un medio ideal para el fluir de la conciencia, para ese automatismo que pone entre paréntesis a la razón.Durante 1999 expuso obra reciente donde predomina el tratamiento figurativo: «Iniciación al placer» o «Vuelo nocturno».En 2001 expuso obras altamente figurativas las cuales ponen en escena varios de los temas tratados en su larga trayectoria: automatismo versus imagen.Por una parte, lo primitivo en tanto lo primero, en el sentido que otorga el psicoanálisis a este término: lo formante, lo primigenio.Minneapolis, Estados Unidos; Bienal internacional de Venecia, Italia 1967 Premio Palanza; Galería Witcomb.Buenos Aires, Argentina; Trienal Internacional de Pittsburg, Estados Unidos 1989 Masters of Latin America and the Caribbean.Mudic Museo de Dibujo Contemporáneo Santo Domingo, (República Dominicana).