La experiencia infantil de esas estancias en el campo, en el entorno rural mexicano, en la naturaleza serrana donde se encontraba la hacienda familiar, dejaría una profunda huella que se reflejaría en su creación artística dando como resultado la «definición de un estilo mexicano universal».
Una de las imágenes que más le impresionó en esa época fue la foto de un jardín diseñado por Ferdinand Bac, que en ese año había publicado un libro titulado Jardins enchantés, y se inició entonces una relación personal entre ambos.
Posteriormente tiene un encuentro con las culturas mediterráneas, tanto europeas como musulmanas, que influyeron en su arquitectura (en especial con las ciudades mediterráneas, la jardinería y el uso expresivo del agua y con la Alhambra de Granada).
A su regreso, la Escuela Libre de Ingeniería no entregaba más títulos de arquitectura, por lo que, aun habiendo cumplido con los requisitos, no pudo obtener su título oficial como arquitecto.
Ahí concentraría su atención en el espacio exterior, un jardín grande dividido en secciones irregulares y haría diversas intervenciones a la construcción que ya estaba, conocida como Casa Barragán-Ortega[2] y da comienzo una etapa en que pretende independizarse de los clientes y él mismo emprender sus obras ([2] en diversas cartas con Ignacio Díaz Morales expresa su frustración con la práctica de la arquitectura), la primera de las cuales serán los Jardines del Pedregal.
Precisamente, la venta de una parte de los terrenos en la Calzada Madereros le sirvió para financiarse en sus próximos emprendimientos[2] y reservando para sí el espacio que posteriormente albergaría su Casa-Estudio.
Casi simultáneamente a la adquisición de los terrenos en Calzada Madereros, Barragán adquirió otro terreno en las proximidades del histórico barrio de San Ángel, bordeando la zona del Pedregal, en un sitio conocido como El Cabrío.
Arquitectos como Artigas, Attolini, Buendía, Rosen, entre otros, volvieron al Pedregal un ícono del modernismo con sus obras de estilo internacional.
Barragán construyó una única casa, la Casa Prieto López, para el abogado Eduardo Prieto López, a quien en 1946 le vendió 15 000 metros cuadrados, bien ubicados en una esquina principal y bajo condiciones generosas.
[7] Artículo principal: Casa Luis Barragán Para 1948 Barragán ya habitaba el número 14 de la calle Francisco Ramírez (en una carta que recibe de Ignacio Díaz Morales[2]), habiendo vendido el resto del terreno que había adquirido, probablemente para financiamiento del Pedregal.
Elementos como el agua y la luz, juegan un papel fundamental en sus proyectos, casi siempre enriquecidos por jardines.
En 1979 crea el despacho Barragán+Ferrera, producto de la sociedad con el arquitecto Raúl Ferrera Torres, quien ya había colaborado en su taller algunos años antes y quien también trabajó con Ricardo Legorreta, iniciando así una etapa profesional menos reconocida oficialmente, con obras representativas en la ciudad mexicana de Monterrey y algunos proyectos no realizados como oficinas para Francis Ford Coppola.
Aquellos con quienes tuvo colaboraciones profesionales: Jesús "Chucho" Reyes Ferreira, quien influyera en el uso que Barragán dio al color en cada obra («Luis se hacía asesorar de Jesús Reyes Ferreira»),[12] Mathias Goeritz, con quien creó las Torres de Satélite, entre otras colaboraciones, y que después se disputarían la autoría principal, con Max Cetto crearía diversos edificios, entre ellos la casa muestra del Pedregal, Clara Porset diseñó muchos de los muebles que Barragán utilizaría, Armando Salas Portugal fue el fotógrafo que popularizaría su obra con sus icónicas imágenes, incluso creando el mito ("... toma la fotografía que hace eterno el momento".
Ignacio Díaz Morales, José Villagrán García, Miguel Covarrubias y Rosa Rolanda (Covarrubias), Juan Soriano, Edmundo O'Gorman, Gerardo Murillo Dr. Atl, Federico González (Universidad de Sonora), Salvador Novo, José Clemente Orozco, Diego Rivera y Frida Kahlo, Dolores del Río, María Félix, Miguel Alemán Valdés, John Huston, Louis I. Kahn, Josef Albers, Andy Warhol, Andrés Casillas de Alba, Ricardo Legorreta.
Forma parte del estilo arquitectónico moderno e integra elementos tradicionales y vernáculos.
Barragán expresó su estilo con el uso de color e iluminación natural y diferentes volúmenes para crear espacios únicos.