Sívori inicia la etapa naturalista en Argentina presentando su obra El despertar de la criada (Le lever de la bonne), en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, en 1888; un año antes, 1887, la pintura había sido presentada en el Salón de París.
[1][2][3][4] Dueño de una vocación temprana, recién a los 27 años de edad viajó a Europa, ahí pudo desarrollarla cabalmente iniciando su carrera artística en París donde vivió entre 1873 y 1876.
De regreso a Buenos Aires, continúa sus estudios con José Aguyari, Francesco Romero y Ernesto Charton de Treville.
En 1882 regresa a París, donde toma clases con Jean-Paul Laurens.
Radicado definitivamente en la Argentina, se volcó paulatinamente a la temática del paisaje pampeano, y se lo recuerda por ser de los primeros artistas que introdujo la técnica del grabado.