Inició estudios en la Facultad de Ingeniería, que abandonó, nunca se casó y vivió sobreprotegido por dos hermanas.
Recuerdo que corregía sus textos para librarlos de los errores gramaticales tan comunes en Arlt".
Creo, como Rocco Carbone, que Mariani está en una tercera zona relacionada con la estética del grotesco.
[1] En 1924 Mariani publicó en el n.º 7 de la revista Martín Fierro una carta abierta bajo el título de Martín Fierro y yo en la que critica a los martinfierristas como extranjerizantes que escribían para minorías e imputándoles : 1) ausencia de rebeldía en la revista y sus principales colaboradores; 2) un “escandaloso” respeto por Leopoldo Lugones, que se lo admiraba en todo, sin reservas, como prosista, como versificador, como filólogo, como fascista"; 3) que invocaban al poema Martín Fierro pero usaban “un lenguaje literario complicado y sutil y una elegancia francesa.
Sus características formales fueron variadas –algunos ilustrados, otros no, uno solo con prólogo- si bien todos estaban encuadernados en rústica.
[9] En 1927 firmó una nota en el diario Crítica en defensa de de Sacco y Vanzetti que estaban a punto de ser ejecutados acusados por un hecho ocurrido en 1920 y expresaba: En 1930 Mariani se encontraba en la Patagonia adonde había ido por urgencias económicas para trabajar como chofer y desde allí en cartas a amigos repudiaba el golpe militar que había derrocado a Hipólito Yrigoyen.
[10][3] De regreso en Buenos Aires, Mariani –como lo había hecho su amigo Ernesto Palacio- cambió su mirada anarquista sobre la religión y tomó una actitud ultracatólica expresando: "Yo estoy regresando a Dios por repugnancia al liberalismo" al mismo tiempo que iniciaba una última etapa de su vida caracterizada por la resignación frente a la muerte que reflejó en su libro De regreso a Dios (1943).