No tuvo formación académica, sin embargo, comenzó a trabajar en su adolescencia en tareas relacionadas con la carpintería y la ebanistería, lo que le dio sus primeras herramientas en el desarrollo de su actividad artística como escultor.
A muchos de ellos se les negaba exponer en los salones organizados por la Comisión Nacional de Bellas Artes por no ajustarse a las temáticas aceptadas o bien sus obras eran rechazadas.
En 1918 inauguraron el «Primer Salón de Artistas Independientes, sin jurados y sin premios»; expusieron sus obras una treintena de artistas, entre ellos, Quinquela Martín, el peruano José Sabogal —que se encontraba en Argentina estudiando en la Escuela de Bellas Artes—, José Fioravanti, Gastón Jarry, Ítalo Botti, Luis Perlotti, Adolfo Montero, Ernesto Soto Avendaño y Américo Panozzi.
[1][2] En 1922 la Cooperativa Artística del Partido Comunista de la Argentina organizó una exposición de arte a beneficio de los afectados por la hambruna en Rusia, coordinada por Riganelli, Emilia Bertolé y José Fioravanti, en la que participaron Bellocq, Arato, Vigo, Jorge Bermúdez, Nicolás Lamanna, Alfredo Gramajo Gutiérrez, Lino Enea Spilimbergo, Guillermo Facio Hebequer, Antonio Pedone, Fortunato Lacámera, Emilio Centurión, Alfredo Bigatti, Ramón Gómez Cornet y Ramón Silva, entre otros, muchos de los cuales no compartían la ideología del PCA pero donaban sus obras para la causa.
[5] Su obra abarca la escultura estatuaria y la ornamental, con diversos materiales: madera, bronce, mármol, yeso, piedra, con los que realizó retratos, cabezas, bustos, estatuas, frisos, marcos, platos y jarrones.