Su actividad compositiva tuvo lugar en Argentina entre los años 1892 y 1924 aproximadamente.
Algunas de sus obras siguen siendo interpretadas en la actualidad en distintos ámbitos y su nombre ha dado identidad a un conservatorio, un coro, un premio y diversas calles de ciudades argentinas.
[2] Su labor pedagógica como crítico musical en diversas publicaciones argentinas del momento resultó, asimismo, particularmente relevante.
Una ley nacional del año 1926 dispuso erigir un monumento en su memoria en El Rosedal del Parque Tres de Febrero de Buenos Aires, un busto de bronce que fue costeado por suscripción pública e inaugurado en 1927.
Puede consultarse un listado completo de sus partituras, en el catálogo que realizó la musicóloga Carmen García Muñoz.