Lucio Correa Morales (1852-1923) fue un escultor argentino,[1] considerado como el pionero de la escultura en su país.
Gracias a una beca otorgada por el presidente Domingo Faustino Sarmiento en 1874 pudo viajar a Florencia, donde estudió en la Real Academia de Bellas Artes con el escultor Urbano Lucchesi,[2] hasta que regresó a la Argentina en 1882, cuando expuso sus primeras dos obras relevantes: Indio Pampa y El Río de la Plata, elogiadas por la crítica.
En los siguientes 40 años siguió creando con éxito obras notables como Falucho, El gaucho, La cautiva, La ondina del Plata -dos versiones- inspiradas en la vida argentina, y asimismo estatuas de importantes personajes de la historia del país como, Juan Bautista Alberdi, Francisco Laprida y Mitre.
Su influencia en la escultura argentina fue sumamente trascendente por sus obras y por los brillantes discípulos que formó, como Rogelio Yrurtia, Pablo Curatella Manes, Pedro Zonza Briano y Miguel Ángel de Rosa.
Correa Morales explicaba que siendo muy joven tenía en su casa a una de estas cautivas y que esta un día se abrazó con mucha pena a unos de los niños "blancos" de la casa y haciendo esto ella dijo "yo tenía mis hijos que eran parecidos a estos".