Pedro Pont Vergés

En su vasta obra artística se destacan diferentes períodos que reflejan su búsqueda de una identidad pictórica propia, tanto cultural como individual.En 1967 se une a la artista Ana Luque, con quien comparte el resto de su vida.En 1977, luego de la instauración del régimen militar en Argentina, se exilia en Madrid, España.Con el advenimiento del llamado Proceso de Reorganización Nacional decide en 1977 exiliarse en Madrid.En esta búsqueda, Pont Vergés indaga temáticamente en personajes e historias de la cultura vernácula.Estilísticamente se inclina por un expresionismo figurativo, comparable al de Rufino Tamayo.Este lenguaje rompe claramente con la tradición de la pintura costumbrista, naturalista e idealizada.Sus obras reivindican lo local y se insertan al mismo tiempo en la modernidad internacional.Su sólida formación en dibujo clásico emerge para dar vida, con maestría realista, a personajes, objetos y espacios.Sin embargo la apariencia real está atravesada por una lógica irreal, que desafía las leyes del espacio/tiempo.La obra de estos últimos 20 años es extensa y temáticamente rica.[15]​ La reflexión sobre lo visto y aprendido en los museos de España se cristaliza en la serie “Los Maestros”, en la que hace referencia a grandes pintores como Velázquez, Manet o Bacon, entre otros.