Miguel Grau

Acusado de insubordinación, fue confinado en la isla San Lorenzo, donde fue sometido a juicio, para finalmente ser declarado inocente.

Ese mismo año se casó con la limeña Dolores Cabero y Núñez, de cuya unión nacieron diez hijos.

Solo con la eliminación de Grau y el Huáscar, que había actuado como una verdadera muralla móvil del Perú, los chilenos pudieron iniciar la campaña terrestre.

Miguel Grau no participó de este negocio, sino solamente era el capitán del buque contratado para tal labor.

Las corbetas pasaron a poder del Perú entre noviembre y diciembre de 1864 e inmediatamente se aprestaron para partir hacia su nuevo destino.

El acuerdo fue rechazado por un mayoritario sector de la ciudadanía peruana que lo consideraba humillante y contrario a los intereses del país.

Allí, debido a las dificultades ocasionadas por las lluvias, las reparaciones de la Unión se prolongaron por dos meses, por lo que la América optó por continuar sola el viaje.

[87]​ El gobierno de Mariano Ignacio Prado, entusiasmado por la victoria sobre España, y habiendo sido reforzada la escuadra aliada con dos acorazados, proyectó una expedición naval a Filipinas para liberarla del dominio español.

Mariano Ignacio Prado, cuya dictadura debía ser solo temporal, quiso mantenerse en el poder y se hizo presidente constitucional, proclamando la Constitución de 1867.

[103]​ Una semana después, José Balta asumió la Presidencia Constitucional de la República, y confirmó a Grau en el mando del Huáscar.

[108]​ Grau se preocupó también por la formación militar de la tripulación del buque a su mando, el monitor Huáscar, haciendo diariamente ejercicios.

[111]​ Estos monitores, recién llegados al Perú en 1870, en remolque desde los Estados Unidos, estaban diseñados para la navegación fluvial, por lo que fueron una mala adquisición y solo se usaron como pontones o baterías flotantes.

Sin embargo, esta operación se frustró, al negarse la Casa Dreyfus a proporcionar los fondos necesarios, si antes no se solucionaban las cuentas pendientes que con ella tenía el Estado peruano (que había contraído una serie de empréstitos con dicha Casa a cuenta de la ganancia del guano, por el llamado contrato Dreyfus).

En dicha reunión se acordó movilizar la Escuadra y zarpar rumbo al cabezo de la isla San Lorenzo, para tomar, con amplia libertad, la decisión definitiva.

[134]​ En julio de 1873, el Huáscar arribó al Callao, terminando así su segundo crucero a lo largo del litoral boliviano, que había durado en total cuatro meses.

La tripulación fue apresada y buena parte del cargamento confiscado, pero Piérola logró escapar hacia Moquegua; posteriormente sería derrotado por las tropas gobiernistas en el combate de Los Ángeles.

Entre sus colegas parlamentarios figuraban además Elías Malpartida, César Canevaro, Manuel María Gálvez, Luciano Benjamín Cisneros, Ramón Ribeyro y Juan Francisco Balta.

La razón del gobierno para descuidar de esa manera a la Marina, era que el país se hallaba en una terrible crisis económica.

Estos últimos habrían de cumplir una función muy importante durante el conflicto, manteniendo abierta la ruta de abastecimiento peruana con continuos viajes entre el Callao y Panamá, así como a otros puntos del litoral, transportando tropas, pertrechos y municiones, burlando a la poderosa escuadra enemiga.

La escuadra peruana, por su parte, dada su inferioridad en medios, debía prolongar lo más posible su presencia como una amenaza efectiva en el mar, no tanto para la escuadra chilena sino para el tráfico marítimo de ese país, entablando combate únicamente cuando estuviera en superioridad de condiciones o cuando este fuese inevitable.

Ambas flotas se cruzaron sin divisarse, debido a que los peruanos navegaban cerca de la costa y los chilenos mar adentro.

Mientras tanto, el Huáscar se quedó en Iquique cañoneando a la Esmeralda, y barriendo su cubierta con su ametralladora Gatling, causándole muchas bajas.

Poco después, el Huáscar y la Unión se encontraron con la segunda división chilena frente a Punta Angamos, la cual navegaba en abanico.

Esta circunstancia fue aprovechada por el Huáscar para efectuar una hábil maniobra que le permitió colocarse en medio de los dos acorazados, disparando sus cañones sobre ambos alternativamente.

Viendo que ya no había resistencia, a las 11:10 a. m. los acorazados chilenos suspendieron el cañoneo y enviaron una dotación armada en lanchas para proceder al abordaje.

[188]​ Si bien los chilenos encontraron la bandera peruana caída, Gárezon explicó al teniente primero Policarpo Toro del Cochrane que el pabellón se encontraba en la cubierta, junto con el pico, por haberse roto la driza de madera que lo sostenía y no por haber sido arriado a propósito.

Al ver su insistencia, el teniente chileno Goñi le permitió hacer dicha búsqueda en la torre de mando, que se hallaba destrozada.

A los lados del héroe se observan dos columnas símbolo de la fuerza, valor y energía que sostuvo en alto la patria.

Prado también encargó otra obra escultórica del héroe al artista español Victorio Macho, para ser elevada en el centro de Lima.

La figura de Miguel Grau, junto con otras nueve estatuas más, son parte del proyecto «Mi Perú Hiperrealista», una iniciativa privada que cuenta con el Sello Bicentenario.

El puerto de Paita , a principios de la época republicana.
Retrato de Miguel Grau.
Casa de Grau en Lima.
Retrato de Grau.
Fotografía de Miguel Grau.
Fotorretrato de Grau en la década de 1860, posiblemente realizada por el francés Eugenio Courret .
El combate naval de Abtao.
Los «Cuatro Ases de la Marina Peruana». Parados, de izquierda a derecha, Miguel Grau, Lizardo Montero y Aurelio García y García . Sentado: Manuel Ferreyros .
Dolores Cabero Núñez, esposa de Grau.
El blindado peruano Huáscar pintado de plomo y navegando en alta mar.
Combate Naval de Iquique , de Thomas Somerscales (1842-1927).
Representación del enfrentamiento entre el monitor peruano Huáscar , al mando del capitán de navío Miguel Grau, y la corbeta chilena Esmeralda , al mando del capitán de fragata Arturo Prat .
Hundimiento de la Esmeralda .
Combate de Angamos , óleo de Salaverry. Colección particular. Lima
Combate de Angamos, óleo de Teófilo Castillo. Representa el enfrentamiento entre el monitor Huáscar y los blindados Cochrane y Blanco Encalada.
Exequias de Miguel Grau en la Catedral de Lima (1890)
La carta que Grau, caballerosamente, envió a la viuda del capitán Prat , fue tallada en un monumento en un parque del centro de Santiago de Chile .
El lugar donde cayó sobre el Huáscar tiene una placa homenaje de la Armada Chilena
Vista de la Plaza Grau ; al fondo la vía expresa del Paseo de la República , Lima.
Imagen de Grau en su camarote personal, en el museo Monitor Huáscar , Talcahuano, Chile.
Monumento en homenaje a Miguel Grau.
Monumento en homenaje a Miguel Grau en Piura .
Estatua de bronce en el Callao en homenaje al Caballero de los Mares .
Orden Gran Almirante Miguel Grau