El área donde se ubica la actual Pacasmayo fue habitada desde hace más de 10 mil años por grupos humanos que recolectaban alimento del mar.
A inicios de nuestra era, aparecieron los mochicas, quienes fundaron una ciudad enorme en la margen derecha del río Jequetepeque compuesta por residencias monumentales y huacas.
Desde dicha ciudad, dominaron los diferentes pueblos de pescadores y campesinos que se asentaron en sus cercanías.
Luego, probablemente desde el año 900 d.c, los lambayeque ocuparon la ciudad durante cuatro siglos, hasta que fueron conquistados por los chimúes aproximadamente.
Pero apenas pasaron unas décadas y, en 1532, un nuevo grupo de invasores apareció en el escenario: las tropas castellanas.
Y tras la cruenta conquista del Imperio inca se dio inicio a la Colonia.
Una vez fundadas las primeras ciudades, los españoles hicieron los repartimientos de indios o encomiendas.
La ruta implicaba llevarlos por tierra desde Lambayeque hasta el Callao para luego zarpar a Valparaíso y La Concepción.
La creación del puerto de Pacasmayo evitaría con creces este problema, haciendo ahorrar a la Corona tiempo y dinero.
En el año 1872 se iniciaron las obras para la construcción del muelle; desde ese momento, Pacasmayo alcanzó la categoría de puerto mayor.
Durante la guerra del Pacífico, en 1880, las tropas chilenas invadieron Pacasmayo, destruyendo parte del puerto y la ciudad, saqueando casas y negocios, e incendiando los ingenios azucareros de las poblaciones cercanas.
Eso se decía en Pacasmayo a propósito de la bonanza generada por la presencia del ferrocarril y el muelle.
La playa eventualmente visitada en el verano se convirtió en la residencia permanente de estas personas que construyeron sus casas en el malecón y alrededores, dándole a la arquitectura local un toque particular.
Entre los años 1932 y 1937, los pacasmayinos hicieron gestiones para convertirse en provincia litoral e incorporarse al departamento de Cajamarca, pero las autoridades trujillanas se opusieron tenazmente.
La idea era evitar a toda costa que Pacasmayo se convierta en competencia del puerto de Salaverry, el cual los mismos trujillanos reconocían como inferior al pacasmayino.
En el año 1984, el Club Deportivo Los Espartanos participó en la Copa Perú, proclamándose campeón luego de participar en la finalísima donde se enfrentó a clubes de Cañete, Lima, Tacna, Abancay y Sullana.
Gracias a la contratación de jugadores profesionales destacados como Roberto Arrelucea, Carlos Carbonell, Ramón Anchisi y el mítico Hugo Sotil, Los Espartanos cumplieron una muy decorosa actuación en la primera división peruana, llegando a quedar terceros en la liguilla final.
En el año 1986, “La furia roja” como tradicionalmente se le conoce al equipo de Los Espartanos, quedó eliminada del campeonato profesional de fútbol, al cual no ha podido volver desde entonces.
El consumo interno se da a través del Mercado Central de Pacasmayo.
Entre los peces, las especies comerciales con mayores desembarques promedios anuales son: suco, chita lisa, lorna, cachema, tollo blanco, lenguado y bonito.
Igualmente, se realiza la recolección de algas a lo largo de toda la bahía pacasmayina, actividad a la que se dedican exclusivamente las mujeres quienes se sumergen en trajes de buzo térmico para recoger a mano, sin mayor equipamiento, tanto mococho o cochayuyo para la alimentación, como alga pelo para uso industrial.
Esta es una actividad estacional que se practica entre los meses de marzo y octubre.
El otro club local, Sport Chavelines Juniors, forma parte de la Copa Perú.
Actualmente Pacasmayo viene siendo de manera reiterada sede preferida para los deportes acuáticos por sus bellas y casi perfectas olas, así como la intensidad del viento que las hace más particulares.
Para impedir esto, “mister Harry”, como cariñosamente lo llamaban los pacasmayinos, y un pequeño grupo de vecinos notables cuyos nombres han caído en el anonimato, juntaron dinero y pagaron un cupo de guerra a los chilenos.
Así mismo, Kauffman dio refugio en su casa a mujeres y niños e izó la bandera de los Estados Unidos para impedir el atropello y la barbarie que la enardecida soldadesca chilena aplicaba en sus asaltos a los pueblos peruanos que iba tomando durante su invasión.
La casa de Benjamin Kauffman se encontraba apenas a unos metros del muelle.
Fue autorizada por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) mediante la Resolución Directoral 253-2021-MTC/12 en la categoría 1, para aeronaves ligeras.