Contrato Dreyfus

Los consignatarios o empresarios nacionales del guano acusaron al Gobierno de “despojo” e intentaron suplantar por la vía judicial a la Casa Dreyfus.

El dictador Mariano Ignacio Prado, en comicios fraudulentos, ya que se realizaron sólo en Lima y Callao, se hizo elegir presidente constitucional del Perú e instaló un Congreso Constituyente para discutir una nueva Constitución Política, que debía reemplazar a la del año 1860.

También estalló una revolución en Chiclayo, encabezada por el coronel José Balta, que enlazó con los rebeldes arequipeños.

Prado, al mando de su ejército, marchó a Arequipa para sitiarla, pero fue rechazado por las tropas rebeldes.

El general Pedro Díez-Canseco que había dirigido la revolución de Arequipa, entró con su ejército a Lima, tomó el poder político y convocó al Congreso.

Los consignatarios cobraban por ello una comisión y luego entregaban al Estado el producto de su venta.

No obstante, tan fuerte era la crisis económica que el gobierno, al no tener recursos para pagar sus compromisos internos y externos, se veía obligado a solicitar préstamos a los consignatarios.

Este contrato se celebró no en forma definitiva sino ad referéndum, es decir, con cargo a la aprobación del gobierno peruano.

La Corte Suprema falló a favor de los consignatarios y en contra del Poder Ejecutivo.

Sin embargo, el Gobierno de Balta estaba decidido a llevar adelante el contrato y fue tajante al señalar que era el Congreso de la República, y no la Corte Suprema, quien debía decidir si el Ejecutivo había procedido correctamente o no al aprobar el contrato.

Entre 1861 y 1874, en 13 años, se había construido una red ferrocarrilera que tenía 10 veces más de extensión.

Todo lo cual desembocó en un gran aumento de la ya enorme deuda pública, y la subsiguiente bancarrota, que ocurriría poco después.

Los exorbitantes gastos en la construcción de ferrocarriles empezaron a mellar la débil economía del Perú.

Para tratar de aumentar los ingresos y salvar el estancamiento económico del país , se tomaron las siguientes medidas: La política del endeudamiento externo, a través de toda la historia, ha sido un negocio redondo para las entidades o los países acreedores.

En cambio, ese dinero para los países deudores siempre ha producido una sobrecarga financiera, porque tiene dos componentes: Genera también, una dependencia del deudor frente al acreedor, por lo que los países más endeudados son los más dependientes.

Como la venta del guano peruano empezó a declinar, primero, por depredación, segundo, por sustitutos que iban apareciendo usándose en el mercado rural europeo y, tercero, por deficiente administración, los presupuestos de la República, basados principalmente en los ingresos gracias a la venta de este abono natural, terminaban siempre con saldos negativos.

Esta fue la política “salvadora” que usó, tanto, José Balta, fue diseñada por Nicolás de Piérola.

Se hicieron cambios al contrato durante el gobierno de Manuel Pardo y Lavalle.

El primer cambio en el contrato vino en relación con las mensualidades de 700 000 soles que debía entregar Dreyfus.

Podía, mientras no las vendiese, impedir que el gobierno consignase o negociara el abono de los mercados europeos.

Portada del volumen legal sobre el Contrato Dreyfus .
El coronel José Balta , presidente del Perú de 1868 a 1872.
Depósitos de guano en las Islas Chincha .
Auguste Dreyfus , cabeza de la Casa Dreyfus & Hnos. Era un judío-francés que hacia 1852 se estableció en Lima para comerciar con telas, y gracias a su habilidad en los negocios llegó a hacer una gran fortuna. Para 1869 era la cabeza de la Casa Dreyfus & Hnos. con sede en París. Asociado con la Sociedad General de París (poderosa entidad bancaria), formó una empresa que fue la que suscribió con el estado peruano el Contrato que lleva su nombre, que le dio la exclusividad del negocio del guano peruano.
Nicolás de Piérola , ministro de Hacienda del gobierno de José Balta , fue el artífice del Contrato Dreyfus. Años después llegó a ser Presidente del Perú.