Guerra civil peruana de 1834

Gamarra y los conservadores apoyaron la candidatura del general Pedro Pablo Bermúdez; por su parte, los liberales que dominaban la asamblea apoyaron al general Luis José de Orbegoso, un militar menos autoritario, a quien Francisco Xavier de Luna Pizarro, el célebre clérigo liberal que presidía la asamblea, lo tenía como a un hijo.

Realizada la votación en el seno de la Convención, Orbegoso obtuvo 47 votos, Bermúdez 37 y Nieto solo uno.

Por las noches, grupos de ciudadanos iban al Callao, para ayudar a los sitiados del Real Felipe.

Al anochecer, llegó el resto del ejército que sitiaba el Callao, encabezado por la célebre Mariscala (la esposa de Gamarra), que iba vestida de hombre, disparando y alentando a los suyos.

En la mañana del día siguiente (29 de enero) ingresó Orbegoso triunfalmente en Lima, siendo ovacionado por la multitud.

Las fuerzas de Nieto se retiraron en desorden y San Román ocupó Arequipa.

Naturalmente, hace una excepción: el muy ilustrado oficial Clemente Althaus, venido de Alemania.

En dicho escenario, ya se hallaba el general Guillermo Miller enfrentando a los bermudistas.

Uno de sus principales oficiales, el general José Rufino Echenique, cuenta en sus memorias que acordó con Frías deponer a Bermúdez una vez que terminaran con Orbegoso; los acontecimientos posteriores modificarían su plan inicial pero no su idea primordial.

Tras tocar Huancayo, Bermúdez continuó su marcha hacia Ayacucho, seguido muy de cerca por el orbegosista Miller.

Mientras tanto, Orbegoso llegaba a Jauja, y sabedor que Miller se preparaba para un encuentro con las fuerzas enemigas, le envió en su auxilio dos batallones.

Los orbegosistas, sometidos a fuego convergente e incesante, vieron perdida la situación y optaron por retirarse.

Al contemplar el desastre, Salaverry avanzó por la izquierda con el batallón Zepita y consiguió detener a los bermudistas, facilitando la retirada de los suyos y salvándolos así de una destrucción completa.

No intervino la caballería orbegosista, pero el general Frías, creyendo que podía ganársela (pues anteriormente había sido jefe de ella), se acercó con un oficial y cinco soldados, pero Loyola cargó sobre ellos y los destrozó.

Si bien en este encuentro de armas hubo movimientos tácticos, cargas de caballería y unos cuantos disparos, no puede decirse que esta acción fuera una batalla en el sentido cabal del término, pero la historiografía peruana tradicionalmente lo ha denominado así.

Luego de colocar sus armas en pabellones, ambos ejércitos avanzaron hasta encontrarse y se estrecharon en fraterno abrazo.

Dicha cooperación no llegaría a ser solicitada pues la guerra terminó a los pocos días, pero la ley sería invocada al año siguiente, en otro contexto de guerra civil: la sublevación del general Felipe Salaverry en 1835.

Luis José de Orbegoso , presidente provisorio del Perú (1833-1836).
Vista de la catedral y la plaza principal de Lima. Acuarela de J. Prendergas. Mediados del siglo XIX .
Plaza de Armas y catedral de Arequipa en un día festivo. Mediados del siglo XIX . Acuarela de J. Prendergast.
Pedro Pablo Bermúdez Ascarza , militar peruano y jefe supremo del Perú en 1834.
José Rufino Echenique , militar y político peruano.