El general Pedro Bermúdez, con el apoyo del expresidente Agustín Gamarra, se había levantado contra el gobierno liberal de Orbegoso y la Convención Nacional, en enero de 1834.
Tras intentar infructuosamente tomar por asalto la Fortaleza del Real Felipe (donde se había refugiado Orbegoso), Bermúdez y sus tropas abandonaron Lima, replegándose a la sierra central del país, hasta donde fueron a buscarlo las tropas gobiernistas.
No obstante, los bermudistas se hallaban desmoralizados, pues recibían el rechazo del pueblo, que era mayoritariamente orbegosista.
Un lugarteniente de Bermúdez, el entonces mayor José Rufino Echenique, se puso de acuerdo con varios jefes e intentó que su caudillo celebrara un tratado con el Presidente.
El Presidente ordenó que ambas fuerzas formaran pabellones y que enseguida marchasen los soldados de una y otras hasta poserse frente a frente.