La guerra civil peruana de 1867, conocida también como la revolución de 1867, fue un conflicto que libraron las fuerzas revolucionarias encabezadas por el general Pedro Diez Canseco (en Arequipa) y el coronel José Balta (en Chiclayo) contra el gobierno del presidente Mariano Ignacio Prado, cuyo mandato se consideraba constitucionalmente cuestionable.
De otro lado, el Congreso Constituyente, dominado por los liberales, se dedicó a redactar una nueva Constitución Política.
Dos días después, el 31 de agosto, Prado fue proclamado Presidente Constitucional, aunque apenas gobernaría por unos meses.
Simultáneamente se prendió otro foco revolucionario en el norte, en Chiclayo, encabezado por el coronel José Balta.
Los defensores habían construido trincheras para bloquear el acceso, sobre todo en la torrentera de San Lázaro y en la Antiquilla.
José Balta era conocido en Chiclayo como agricultor y por haberse sublevado en 1864 contra el Tratado Vivanco-Pareja, uniéndose al entonces coronel Mariano Ignacio Prado en la revolución contra el gobierno Pezet, acusado de mostrarse débil ante las arrogantes exigencias de la Escuadra Española del Pacífico.
Pero cuando el ya consagrado presidente Prado se hizo impopular, no tuvo reparos en encabezar la rebelión en Chiclayo, al mando de 150 hombres mal armados.
Balta organizó entonces la defensa de la ciudad y estableció su cuartel en el local del Colegio San José.
El coronel Balta Durante 26 días, los chiclayanos enfrentaron con éxito a las tropas de gobierno mejor armadas y más numerosas.
De esa manera, este personaje asumió por tercera vez la presidencia provisoria (anteriormente lo hizo en 1863 y en 1865).