La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930.[7] El segundo viaje del HMS Beagle consolidó su fama como eminente geólogo, cuyas observaciones y teorías apoyaban las ideas uniformistas de Charles Lyell, mientras que la publicación del diario de su viaje lo hizo célebre como escritor popular.Darwin quedó estupefacto, pero al haber leído recientemente ideas similares en los escritos de su abuelo Erasmus, mantuvo.Se convirtió en un amigo íntimo y seguidor del profesor de botánica John Stevens Henslow y conoció a otros importantes naturalistas que contemplaban su trabajo científico como una teología natural, siendo conocido por estos académicos como «el hombre que pasea con Henslow».Tal como Fitzroy le había propuesto, el joven Darwin dedicó la mayor parte de su tiempo a investigaciones geológicas en tierra firme y a recopilar ejemplares, mientras el Beagle realizaba su misión científica para medir corrientes oceánicas y cartografiando la costa.Los zoólogos tenían ante sí un enorme trabajo acumulado, y había peligro de que los especímenes quedaran abandonados en almacenes.[56] A mediados de diciembre, Darwin buscó alojamiento en Cambridge para organizar su trabajo en sus colecciones y reescribir su «diario».Tras tres años de trabajo, Darwin publicó en mayo sus estudios sobre los arrecifes coralinos, y comenzó a esbozar su teoría.[68][69] Hooker replicó que en su opinión había «series de producción en diferentes puntos, así como un cambio gradual en las especies», y le manifestó su interés en «escuchar su explicación sobre cómo puede producirse este cambio, dado que por el momento las opiniones al respecto no me satisfacen».[75] Preocupado por su enfermedad crónica, Darwin acudió en 1849 al balneario del doctor James Manby Gully, y descubrió con sorpresa las virtudes de la hidroterapia.[78] En 1853 este trabajo le valió la Medalla Real concedida por la Royal Society, trayéndole así la celebridad como biólogo.Su encantadora, inteligente y cultivada prima Emma Wedgwood (1808-1896), nueve meses mayor que Darwin, estaba cuidando de su tía inválida.Visitó Glen Roy con un tiempo extraordinario para ver los «caminos naturales» cortados en las laderas de las colinas a tres alturas.No llegó a hacerle proposiciones, pero en contra del consejo de su padre le mencionó sus ideas sobre la transmutación.[94] Mientras estaba buscando casa en Londres, los accesos de enfermedad continuaban y Emma le escribió apremiándole a que se tomara algún descanso, comentando de modo casi profético «No sigas poniéndote malo, mi querido Charley hasta que pueda estar contigo para cuidarte».Él encontró una casa que llamó una «cabaña de guacamayos» (por sus llamativos interiores) en Gower Street, y trasladó allí su museo durante las navidades.[99] Solo una reseña le resultó a Darwin lo suficientemente incisiva como para tenerla en cuenta más tarde: el profesor Samuel Haughton de Dublín afirmaba que «todo lo novedoso del artículo es falso, y lo verdadero ya es cosa dicha anteriormente».Entre ellos se encontraban Ernst Haeckel, un celoso seguidor del Darwinismus, una particular versión del darwinismo que favorecía la ortogénesis por encima de la selección natural,[108] y Wallace, quien aunque siguió apoyando la teoría de Darwin, se convirtió progresivamente al espiritualismo.Del segundo matrimonio (no representado en el árbol genealógico) nacieron siete hijos, destacando a Frances Anne Violette Darwin, quien en 1807 se casó con Samuel Tertius Galton.[116] George, Francis y Horace se convirtieron con el tiempo en miembros de la Royal Society, distinguidos así por sus trayectorias en astronomía, botánica e ingeniería, respectivamente.Los antiguos profesores de Darwin en Cambridge, Adam Sedgwick y John Stevens Henslow descartaron su teoría rotundamente.Otros autores señalaron las inconsistencias lógicas internas a la propia teoría de la selección natural y derivadas del mecanismo hereditario postulado por Darwin.Además, existen otras controversias sociales respecto a la posible postura machista o sexista en la tesis de Darwin.En el mismo libro, escribió que en un futuro no muy distante, la exterminación de las «razas salvajes» del hombre generaría sin duda alguna un «estado más civilizado»:Múltiples representantes del movimiento eugenésico y el darwinismo social a nivel político tomaron como bases teóricas dichas ideas darwinianas.[154] A su retorno, sin embargo, Darwin era mucho más crítico con el pensamiento creacionista, y se planteó por primera vez la posibilidad de que otras religiones, o incluso todas ellas, fuesen igualmente válidas.Sin embargo, consideraba la vida como un conjunto de organismos perfectamente adaptados, y en el Origen exponía algunos argumentos teológicos.Entonces, mientras se apagaba, le decía repetidamente a Henrietta y Francis «Casi ha merecido la pena estar enfermo para recibir vuestros cuidados».En el Origen del hombre Darwin apunta que si se ayuda a los débiles a sobrevivir y procrear se podrían perder los beneficios de la selección natural, pero advirtió que negar tal ayuda podría poner en peligro el instinto de solidaridad, «la parte más noble de nuestra naturaleza», y que factores como la educación podrían ser más importantes.[176] El mismo Darwin insistió en que la política social simplemente no podía guiarse por los conceptos de lucha por la supervivencia y selección natural.
Portada de la primera traducción en España de un libro de Charles Darwin (Juan N. de Vizcarrondo, 1857).
A mediados de julio de 1837 Darwin comenzó su cuaderno
B
sobre la «Transmutación de las especies» y en su página 36 escribió «pienso en el primer
árbol de la vida
».
Panorámica de la casa Down House, donde vivió Charles Darwin.
Panorámica del salón de la casa Down House, donde vivió Charles Darwin.
El camino donde Darwin meditaba, en la Down House.
Hacia 1879, un cada vez más famoso Darwin llevaba años aquejado de una enfermedad crónica.
La tumba de Charles Darwin en la Abadía de Westminster.
Caricatura de Darwin, publicada en la revista
Vanity Fair
en 1871.
Caricatura de Darwin en la revista
Hornet
donde él es representado con características propias de un
primate
, a manera de burla por su teoría evolutiva.
En 1851, Darwin quedó destrozado por la muerte de su hija Annie. Su fe quedó tan resentida que dejó de acudir a la iglesia.
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153
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La teoría de Charles Darwin (fotogriado alrededor de 1868 por
Julia Margaret Cameron
) se relacionó con distintas ideologías que el autor solamente apoyó de manera parcial o que van en contra de sus propias posturas.
En 1881, Darwin era una figura eminente, que todavía trabajaba en sus contribuciones al pensamiento evolutivo que había tenido un efecto enorme en muchos campos de la ciencia