En México se considera como una especie exótica invasora; el género Columba alberga a las denominadas "palomas del viejo mundo".
[5][6] Su pico es negruzco con cera blanca en la base, patas rojizas o rosas, ojos ámbar (oscuros en el juvenil).
Las palomas domésticas y asilvestradas han sido introducidas en más hábitats de todo el mundo, especialmente ciudades.
El iris de sus ojos es naranja, rojo o dorado, y tienen un fino anillo ocular desnudo gris azulado.
La paloma bravía silvestre fue descrita científicamente por el naturalista alemán Johann Friedrich Gmelin en 1789 como Columba livia;[8][9] aunque las palomas domésticas ya habían sido descritas por Linneo en 1758, en la décima edición de su obra Systema naturæ,[8] con el nombre de Columba domestica,[10] y se reagruparían en una sola especie.
Columba es la palabra latina que significa «paloma»,[12] y su nombre específico, livia, es la forma femenina del término livor, «azulado».
[1] El registro fósil indica que las palomas bravías se originaron en Asia, y los restos óseos desenterrados en Israel confirman su presencia allí al menos hace trescientos mil años.
Las palomas domésticas y asilvestradas han sido introducidas en muchos más hábitat de todo el mundo, especialmente en las ciudades, y usan las construcciones humanas del mismo modo que las poblaciones naturales usan los muros rocosos.
[16] Las palomas suelen encontrarse en parejas en la época de reproducción, pero el resto del tiempo son gregarias.
Cuando son molestadas las palomas alzan el vuelo en grupo con un ruidoso batir de alas característico.
Las palomas bravías crían en cualquier época del año, aunque el máximo se produce en primavera y en verano.
[20] Los pichones recién eclosionados están cubiertos de plumón amarillento claro y tienen un pico prominente rojizo con una banda oscura.
Los polluelos son alimentados mediante regurgitación con la conocida como leche de paloma.
Algunas razones por las cuales las personas alimentan a las palomas son: empatía, diversión, tradición y como medio de interacción social.
[23] Entre los mamíferos que también pueden atacarlas se encuentran las martas, las jinetas, las zarigüeyas y los mapaches, además de los gatos.
[27] Las palomas se usan como mensajeras desde la antigüedad, los romanos ya las utilizaron desde la época de la república.
Algunas palomas domésticas llegaron a ser utilizadas en Europa también en el ámbito del comercio como mensajeras regulares, práctica que llegó hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando cayó en desuso ante la aparición de nuevos, más rápidos y fiables medios de comunicación a distancia, como el telégrafo.
Por ser tan excéntricas, Darwin las llamaba «monstruos creados por el hombre» (que aprovechó principalmente la aparición de determinadas mutaciones genéticas).
[21] En cambio, las palomas son un riesgo potencial por ser posibles portadoras, como otras aves, de la gripe aviar.
[31] Y se ha descubierto que son «resistentes o tienen una susceptibilidad mínima» a otras cepas de la gripe aviar, como la H7N7.