La iridiscencia es muy común en la naturaleza, podemos verla fácilmente en insectos, aves y peces, e incluso en plantas[2] y hongos en dónde se han encontrado esporas iridiscentes en Ascomicetes[3] que solo se podrán ver de este color en el hongo cuando esté esporulando.
A este fenómeno se le conoce como “interferencia constructiva” y produce los colores iridiscentes.
Este fenómeno se conoce como “interferencia destructiva” y reduce la intensidad del color.
[5] El funcionamiento del color puede ser explicado por un efecto óptico llamado “interferencia de la película final”.
[8][9] El color estructural apareció en los seres vivos durante la explosión del Cámbrico hace 500 millones de años, cuando las criaturas vivientes comenzaron a desarrollarse y diversificarse rápidamente.
En muchos casos la iridiscencia se reporta como una cualidad pero existen propuestas interesantes para medir y cuantificar este fenómeno en los seres vivos.