William Thomson
[6] Así, un material sometido a un gradiente térmico y recorrido por una intensidad de corriente eléctrica intercambia calor con el medio exterior.Recíprocamente, una corriente eléctrica es generada por el material sometido a un gradiente térmico y recorrido por un flujo de calor.En 1896 se le rindió un homenaje al que concurrieron científicos de todo el mundo, por sus investigaciones en termodinámica y electricidad.Gracias a Thomson se hicieron los estudios necesarios para instalar en 1866 el primer cable trasatlántico que conectó Wall Street (Nueva York) con Londres.Sin embargo, no tomaba a Whitehouse por un necio, y sospechaba que podría tener las habilidades prácticas para hacer funcionar los planes existentes.Thomson se hizo consejero científico de un equipo en el que Whitehouse dirigía a los electricistas y Sir Charles Tilston Bright a los ingenieros, pero el criterio de Whitehouse prevaleció en las especificaciones, apoyado por Faraday y Samuel F. B. Morse.En agosto de 1857, Thomson zarpó a bordo del barco HMS Agamemnon, encargado de tender el cable, mientras que Whitehouse se quedó confinado en tierra debido a una enfermedad, pero el viaje se acabó después de 610 km cuando el cable se partió.[11] Thomson desarrolló un sistema completo para operar un cable telegráfico submarino que era capaz de enviar un carácter cada 3,5 segundos.[12] La junta insistió en que Thomson se uniera a la expedición de tendido del cable de 1858 y que tomara parte activa en el proyecto, sin ninguna compensación económica.Cuando el cable falló completamente, Whitehouse fue despedido, aunque Thomson puso objeciones y fue reprendido por la junta debido a su interferencia.La mayor parte de la culpa por el fracaso del cable recayó en Whitehouse.En 1848, Thomson ya se había ganado una reputación como científico precoz y rebelde cuando asistió a la reunión anual de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia en Oxford.El físico en cuestión, en esa reunión oyó a James Prescott Joule hacer otro de sus, hasta ahora, ineficaces intentos por desacreditar la teoría calórica del calor y la teoría de la máquina térmica basada en ella por Sadi Carnot y Émile Clapeyron.Thomson usó datos publicados por Regnault para calibrar su escala, en contra de las medidas establecidas.Durante su reescritura, debió considerar unas ideas que posteriormente darían lugar a la segunda ley de la termodinámica.Por otra parte sus creencias religiosas le llevaron a especular acerca de la muerte térmica del universo.[22] Tan pronto como Joule leyó el informe, escribió a Thomson con sus comentarios y preguntas.De este modo comenzó una provechosa colaboración epistolar entre los dos hombres: Joule realizando experimentos y Thomson analizando los resultados y sugiriendo más experimentos, que duró desde 1852 a 1856.En lo que respecta a la ciencia, Thomson escribió lo siguiente: Thomson fue un creyente devoto del Cristianismo durante toda su vida; la asistencia a la capilla fue parte de su rutina diaria.[28] Sostuvo que las leyes de la termodinámica funcionaban desde los principios del universo y previó un proceso dinámico que vio la organización del sistema solar y otras estructuras, seguidas por una «muerte térmica» paulatina.Desarrolló la opinión de que la Tierra habría estado demasiado caliente para sostener la vida y lo contrastó con el del uniformitarianismo, que las condiciones hubieran permanecido constantes desde el pasado infinito.Consideró que la Tierra había sido inicialmente una esfera a temperatura homogénea, completamente fundida, y que desde entonces se había ido enfriando por la superficie, siendo el calor transportado por conducción.Esta creencia nació cuando Ernest Rutherford mencionó este hecho en 1904 en una conferencia en la que se encontraba Thomson.Perry señaló a Thomson esta posible fuente de error, pero entraba en contradicción con lo que se sabía del manto terrestre (que para las ondas sísmicas se comporta como un sólido y, por lo tanto, no podría haber convección).[31] Como muchos científicos, Thomson cometió algunos errores en sus predicciones sobre el futuro de la tecnología.Su biógrafo Silvanus P. Thompson escribe: «Cuando se anunció el descubrimiento por Röntgen de los rayos X a finales del 1895, lord Kelvin era totalmente escéptico, y pensaba que el anuncio era un engaño...Su pronóstico para la aviación práctica (los aviones más pesados que el aire) fue negativo.[38] Y en una entrevista para un periódico en 1902, predijo que «ningún globo ni avión tendrá éxito en la práctica».Todo lo que queda es la medición cada vez más precisa» ha sido atribuido falsamente a Kelvin por muchos desde la década de 1980, o bien sin citación o bien planteando que lo dijo en un discurso a la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia (1900).[43] La atribución a un discurso de Kelvin en 1900 se debe presuntamente una confusión con su discurso «Dos nubes» a la Institución Real en 1900, en el que, al contrario, señaló campos en los que posteriormente se verían revoluciones.