Mientras escribía La variación de animales y plantas en estado doméstico (1866), Darwin quiso añadir un capítulo que incluyese al hombre en su teoría, pero el libro resultó ser demasiado voluminoso y decidió enfocar el tema en un ensayo breve que también trataría sobre los ancestros del homínido, la selección sexual y la expresión humana.
La obra resultó en dos gruesos volúmenes que tituló The Descent of Man.
Darwin reconocía cierto valor universal en la expresión facial, tal como explica en la obra:"...Los jóvenes y los adultos de razas muy distintas, tanto humanos como animales, expresan similares estados mentales con los mismos movimientos".
Las pruebas, reunidas por su hija Henrietta y su hijo Leonard Darwin, requerían una revisión intensiva que le llevaron a estar "harto del asunto, de mí mismo, y del mundo".
John Murray, el editor, advirtió que una edición tan costosa "causaría un terrible agujero en los beneficios", pero la obra resultó ser muy popular, superando los 5 000 ejemplares vendidos.