Mientras que el medio tradicional de selección genética en plantas y animales era la selección artificial (basada, aunque se desconocieran, en las leyes de Mendel), los métodos del eugenismo del siglo XIX y XX incluyen desde la esterilización forzada hasta el genocidio.
Como el programa de eugenesia nazi, "La experiencia más traumática la encontramos en Alemania, donde los nazis pusieron en práctica su ideología racial, por lo que decidieron deshacerse de aquellas razas que ellos consideraban inferiores (6 millones de judíos, 800 000 gitanos,…), y ejecutando un programa médico denominado Aktion T4, en el que se asesinó o esterilizó a 275 000 personas, entre personas con discapacidad, enfermos mentales y homosexuales".
Durante el periodo de posguerra, gran parte tanto del público, incluyendo la comunidad científica, asociaba la eugenesia con los abusos nazis, que incluyeron la "higiene racial" y la exterminación; sin embargo, varios gobiernos regionales y nacionales mantuvieron programas eugenésicos hasta la década de 1970.
Algunas veces se aplica para describir en términos generales cualquier acción humana cuya finalidad sea mejorar el acervo genético.
[16] El eugenismo o los eugenesistas defienden políticas específicas que (de tener éxito) llevarían a una mejora observable del acervo genético humano.
[17] Los primeros eugenesistas estaban más preocupados con los factores observables de la inteligencia que a menudo se correlacionan fuertemente con la clase social.
Las políticas eugenésicas han sido clasificadas conceptualmente en dos categorías: eugenesia positiva, que fomenta la mayor reproducción de los designados «más aptos», y la eugenesia negativa, que desaconseja o impide la reproducción de los designados «menos aptos».
[24] Plutarco en su obra “Vida de Licurgo”[25] nos cuenta como nada más nacer, el niño era bañado en vino por la madre para comprobar su resistencia a los efluvios tóxicos del alcohol.
Galton usó por primera vez la palabra eugenesia en su libro de 1883 Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo (Inquiries into Human Faculty and Its Development), en el que quiso «mencionar los diversos tópicos más o menos relacionados con el cultivo de la raza o, como podríamos llamarlo, con las cuestiones “eugenésicas”».
Galton y su heredero estadístico Karl Pearson desarrollaron lo que se llamó el enfoque biométrico de la eugenesia, que desarrolló nuevos y complejos modelos estadísticos (más tarde exportados a campos completamente diferentes) para describir la herencia de los rasgos.
[43] La eugenesia terminó aludiendo a la reproducción humana selectiva como un intento de obtener niños con rasgos deseables considerados "superiores".
Pero él mismo acabó abandonando ese tema de la investigación eugenésica para dedicarse a la etnología.
[48] Entre otras actividades, los nazis realizaron extensivos experimentos en seres humanos vivos para comprobar sus teorías genéticas, yendo desde la simple medida de las características físicas a los experimentos efectuados por Josef Mengele y Otmar von Verschuer con gemelos en los campos de concentración.
Comenzando con Connecticut en 1896, muchos estados aprobaron leyes sobre el matrimonio con criterios eugenésicos, prohibiendo casarse a cualquiera que fuese «epiléptico, imbécil o débil mental».
Aquellos que eran considerados anormales (retrasados mentales, minusválidos, etcétera) tenían un efecto negativo sobre el proceso social al consumir recursos necesarios.
La nueva ley reforzó las anteriores que prohibían la mezcla racial en un intento por conservar el acervo genético.
[59] Varios autores, notablemente Stephen Jay Gould, han afirmado repetidamente que las restricciones sobre la inmigración aprobadas en los Estados Unidos durante los años 1920 (y derogadas en 1965) estuvieron motivadas por las metas de la eugenesia, en particular por el deseo de excluir a las razas consideradas inferiores del acervo genético nacional.
Por ejemplo, Middlebury College durante décadas ofreció estudios en eugenesia en carreras como pedagogía, biología, y sociología.
Suecia esterilizó por la fuerza a 62 000 personas, principalmente enfermos mentales, pero también minorías étnicas y raciales al principio, como parte de un programa eugenésico que duró 40 años.
Muchas sociedades científicas publicaron sus propias «declaraciones raciales» parecidas con los años, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, desarrollada en respuesta a los abusos cometidos en la Segunda Guerra Mundial, fue adoptada por la ONU, afirma en su Artículo 16 que «Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia».
Muchas publicaciones científicas antiguas dedicadas a la genética eran editadas por eugenistas e incluían artículos eugenésicos junto con estudios sobre la herencia en organismos no humanos.
[74] Desde comienzos de los años 1980, cuando el conocimiento sobre la genética avanzó significativamente, la historia y conceptos eugenésicos han sido ampliamente discutidos.
Solo unos pocos investigadores (como el controvertido psicólogo Richard Lynn) han pedido abiertamente la adopción de políticas eugenésicas usando tecnología moderna, pero representan una opinión minoritaria en los actuales círculos científicos y culturales.
Debido a su relación con la esterilización forzosa y los ideales raciales del Partido Nazi, la palabra «eugenesia» rara vez es usada por los defensores de tales programas.
Debido a esta naturaleza no coactiva, la falta de implicación del estado y las diferencias en las metas, algunos comentaristas han cuestionado que estas actividades sean eugenésicas o algo más en conjunto.
James D. Watson, el primer director del Proyecto Genoma Humano, inició el Programa de Implicaciones Éticas, Legales y Sociales (Ethical, Legal and Social Implications Program), que ha financiado varios estudios sobre las implicaciones de la ingeniería genética humana (junto con un importante sitio web sobre la historia de la eugenesia), porque: Distinguidos genetistas incluyendo a los ganadores del premio Nobel John Sulston («No creo que uno deba traer al mundo a un niño claramente minusválido»)[76] y Watson («Una vez que tienes una forma para mejorar a nuestro hijos, nadie puede detenerla»)[77] apoyan el diagnóstico genético.
Por otra parte, las enfermedades genéticas como la hemocromatosis puede incrementar la vulnerabilidad ante algunas dolencias, provocar deformidades físicas y otras disfunciones.
Mediante el diagnóstico genético sería posible detectar todos los rasgos recesivos heterocigóticos, pero supondría un coste enorme con la tecnología actual.
[84] Los autores proponen una estratificación de las clases sociales americanas basada en una gradación intelectual, caracterizada por una élite cognitiva que presenta una mayor eficacia profesional, gana más dinero, viven en áreas distintivas, etc.
Boris Vian (bajo el pseudónimo Vernon Sullivan) adoptó un enfoque más alegre en su novela Que se mueran los feos.