Inicialmente creada en Alemania en 1935, Lebensborn se expandió a los países ocupados en el norte y oeste de Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
En los países ocupados, miles de mujeres que participaron voluntariamente en el proyecto durante la ocupación nazi, se enfrentaron posteriormente al ostracismo social por haber tenido relaciones con soldados alemanes y haber quedado embarazadas, con lo cual tenían pocas alternativas fuera de solicitar ayuda en el Lebensborn.
Este proyecto, también dirigido por Himmler, fue llevado a cabo por otras secciones de la burocracia nazi.
El documental Los niños perfectos de Hitler revela más aspectos sobre las operaciones, cualidades y características implementadas en el proyecto.
[4][5][6][7][8][9][10] En relación con esto, en su libro El origen del hombre (1871), Darwin trató uno de los aspectos que posteriormente sería probado en el programa Lebensborn:
El propósito del programa era proveer incentivos para fomentar en los alemanes, especialmente los miembros de las SS, tener más hijos.
La organización dirigía instalaciones, primordialmente casas de maternidad, donde las mujeres pudieran dar a luz o recibir ayuda sobre cuestiones familiares.
El programa aceptaba a mujeres solteras que estuviesen embarazadas o que ya hubiesen dado a luz y estuviesen necesitadas de ayuda, proveyéndosela en tanto la madre como el padre del niño se considerasen racialmente valiosos.
[14] El primer hogar Lebensborn, conocido como Heim Hochland, abrió en 1936 en Steinhöring, un pequeño pueblo no muy lejos de Múnich.
Más tarde, las instalaciones también sirvieron como hogares temporales, orfanatos y como un servicio de adopción.
Si bien la evidencia ha revelado que miles de niños fueron incuestionablemente raptados por otras agencias u organizaciones y traídos a Alemania, la evidencia ha revelado que solo un pequeño porcentaje del número total entró por medio del Lebensborn.
Y de este número solo en casos aislados, supuestamente, Lebensborn tomó niños que tuvieran padres vivos.
En todas las instancias, cuando se entregaron niños extranjeros al Lebensborn por otros instituciones, después de una selección y examen, daban a los niños supuestamente cuidados y nunca los habría maltratado.En Noruega, la organización manejó aproximadamente al menos 250 adopciones.
La mayoría de estos niños nunca regresaron a sus familias originales, y sus descendientes ignoraban, por lo general, sus orígenes.