Algunos autores como el neurocientífico Adam Hampshire considera que el cerebro humano es lo suficientemente complejo como para medir la inteligencia con un único factor,[2] sin embargo otros autores consideran que éstas pruebas tienen un gran valor predictivo en términos de rendimiento académico o laboral.
[8] Como respuesta parcial a estas críticas, las pruebas de inteligencia suelen ser más complejas y aportan otros estimadores, aparte del CI, que es necesario valorar.
[15] Cabe destacar que, independientemente de uso más propio, los dos términos han coexistido, incluso juntos en una misma página, en varias publicaciones especializadas.
Sobre este tema Gould escribiría:Otra corriente, igualmente irresistible, barrió el campo de las ciencias humanas: la fascinación por los números, la fe en que las mediciones rigurosas podrían garantizar una precisión irrefutable, y serían capaces de marcar la transición entre una especulación subjetiva y una ciencia tan válida como la física newtoniana.
La evolución y la cuantificación formaron una alianza temible; en cierto sentido, su unión forjó la primera teoría racista "científica" de peso, si, como muchos que se equivocan sobre la verdadera naturaleza de la ciencia, consideramos científica toda afirmación aparentemente respaldada por abundantes cifras.
[28] Algunos también dicen que esta información fue utilizada como “evidencia” por legisladores y por lo tanto afectando la política social por años.
[27] Un intérprete presente durante las pruebas de inmigrantes le señaló a Goddard que la prueba era injusta para la gente que no era familiar con el inglés y cultura estadounidense, pero Goddard no estaba de acuerdo.
El movimiento apoyaba la crianza selectiva, esterilización obligatoria y un seguimiento estricto de la salud pública con eugenesia.
En 1869, Francis Galton (1822–1911) propuso sus primeras medidas sociales para preservar o mejorar las características biológicas y más tarde acuñó el término "eugenesia".
En Race Crossing in Jamaica (1929), dio argumentos estadísticos diciendo que el mestizaje conducía a degradación biológica y cultural.
Generalmente, las medidas se obtienen a través de técnicas estadísticas basadas en la correlación, como el análisis factorial o la regresión lineal.
Entre ellas, se encuentran analogías verbales, rotación u orientación espacial, cálculo numérico y conocimiento del lenguaje.
La dificultad de este test es progresiva y suele durar en torno a media hora.
La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su discapacidad cognitiva.
Puede predecirse un desarrollo óptimo en un ambiente altamente estructurado con ayudas y supervisión constantes, así como fijando una relación individualizada con el educador.
Adquieren una formación laboral y, con supervisión moderada, pueden adquirir destrezas para su propio cuidado personal.
Tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensoriomotoras y con frecuencia no se diferencian de otros niños sin discapacidad cognitiva hasta edades posteriores.
[59] Por tal razón, es posible que hasta la persona pueda empezar a leer por debajo de los tres años.
[59] Cifras mayores a este número son improbables o posiblemente un bulo, pues la rareza para 201 en la escala Stanford-Binet (SB4 16SD) o 195 en la escala Wechsler (15SD) es de una en ocho mil millones de personas, y la humanidad apenas supera esta cantidad.[59][60][61][n.
Además, se explica que el fracaso escolar manifiesta una alta correlación con la conducta delictiva, siendo uno de sus mejores predictores.
Eso significa que la varianza explicada es menor al 4 % y los vínculos causales pueden ser indirectos.
Estas ideas fueron recogidas y propuestas por Cesare Lombroso en su obra L'uomo delinquente (1876), en la cual el criminal era considerado en términos absolutos como un ser anormal, que sufría una desviación de base biológica que conducía a una regresión a los estados primitivos del ser humano.
Sin embargo, las pruebas se renormalizan ocasionalmente para obtener valores medios de 100 en la puntuación, como, por ejemplo, en WISC-R (1974), WISC-III (1991) y WISC-IV (2003).
Por lo tanto, es difícil comparar puntuaciones de CI cuya medición dista varios años en el tiempo.
Este hecho se ha atribuido posteriormente por diversos investigadores en mayor medida al efecto Flynn y sus consecuencias colaterales, que no el envejecimiento del propio individuo.
En el año 1995, la divulgadora y profesora emérita K. C. Cole, en el marco de la publicación del libro The Bell Curve, escribiría una columna titulada "COLUMNA UNO : Las estadísticas pueden arrojarnos una curva : La polémica en torno a un libro que relaciona raza y cociente intelectual muestra las posibles trampas del análisis de datos.
A veces las causas pueden perderse en una maraña de factores en competencia tan impenetrable que ni siquiera un análisis matemático sofisticado logra resolverlas.
El psicólogo y estadístico Rand Wilcox de la USC coincidió: “La correlación no dice nada sobre la causalidad.
"Es muy posible que dos cosas se muevan juntas, pero ambas están siendo impulsadas por un tercer factor", dijo el estadístico de Stanford Ingram Olkin.
Según estos investigadores, mediante pruebas de escáner cerebral se pueden constatar tres componentes cognitivos fundamentales —memoria a corto plazo, razonamiento y habilidad verbal— que corresponden a tres patrones distintos de actividad neural.