La cuestión racial

La versión revisada afirma que "Al realizar test de inteligencia, aun tests no verbales, a un grupo de personas sin formación, sus graduaciones por lo general son inferiores a los que obtienen personas con un mayor grado de civilización" pero concluye que "El conocimiento científico disponible no brinda evidencia para creer que los grupos de seres humanos difieren en su capacidad innata para el desarrollo intelectual y emocional."

"Los antropólogos consideran por unanimidad que el concepto de raza es solo un elemento para ayudar en la clasificación que provee una marco zoológico dentro del cual se pueden organizar los diversos grupos humanos y por medio del cual se pueden organizar estudios de los procesos evolutivos.

En su sentido antropológico, la palabra ‘raza’ solo debe ser utilizada para referirse a grupos humanos que poseen diferencias físicas bien desarrolladas y hereditarias comparados con otros grupos."

Estas diferencias han sido causadas en parte por aislaciones parciales que previnieron el mezclado, donde la geografía fue un factor importante para las razas principales, y a menudo factores culturales en el caso de razas menos difundidas.

La mayoría de los antropólogos han clasificado a los humanos en 3 grandes grupos.

Sin embargo, el conocimiento científico disponible no brinda ninguna base para creer que los grupos humanos se diferencian en cuanto a su capacidad intelectual innata y su desarrollo emocional.

En 1978, la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales[2]​ de UNESCO sostiene que "Todos los pueblos del mundo poseen iguales facultades para alcanzar los más altos niveles intelectuales, técnicos, sociales, económicos, culturales y de desarrollo político" y que "Las diferencias entre los logros de pueblos diferentes pueblos son completamente atribuibles a factores geográficos, históricos, políticos, económicos, sociales y culturales."

A diferencia de la declaración anterior no hubo en este caso consulta con expertos científicos.

Un borrador de la declaración fue escrita por el Director-General y "especialistas eminentes en derechos humanos".

Se recomendó que los representantes incluyeran también "científicos sociales y otras personas especialmente preparadas en los aspectos sociales, políticos, económicos, culturales, y científicos del problema".

[3]​ En 1995, UNESCO publica la Declaración de los Principios sobre Tolerancia[4]​ para ampliar sobre su prédica sobre la igualdad racial con recomendaciones para el tratamiento tolerante de personas con diversos antecedentes raciales y culturales.

No es solo una obligación moral, sino que es también un requerimiento político y legal.