Originalmente, el valor de este cociente se calculaba dividiendo la edad mental de la persona por su edad cronológica, y multiplicando este valor por 100.
Una puntuación de 100 significa así que el individuo posee una edad mental ajustada a su edad cronológica, mientras que puntuaciones inferiores o superiores a esa cifra indican que el sujeto se sitúa por debajo o por encima respectivamente a la media de la población general.
("C" ya no significa "cociente", sino "coeficiente") se realiza ahora mediante una comparación estadística respecto a un grupo de muestra.
Una persona con una puntuación de 130 es considerada generalmente bajo el pronóstico de sobredotación, mientras que una puntuación inferior a 70 generalmente apunta a una deficiencia.
El uso de estas herramientas ha provocado una gran cantidad de controversias, que han girado, fundamentalmente, en torno a tres cuestiones, a saber: Algunos críticos han señalado las deficiencias en la construcción y estandarización estadística de estas herramientas, mostrando además su inadecuación dada la naturaleza cualitativa, multidimensional y no mensurable de la inteligencia.