Alfred Binet

El test tenía como finalidad práctica y única la de identificar a escolares que requerían una atención especial.

Pronto quedó fascinado por autores como Charles Darwin, Alexander Bain o John Stuart Mill, cuya teoría sobre la inteligencia permitía explicar las leyes del asociacionismo.

Para entonces, Charcot estaba investigando sobre la hipnosis, lo cual tuvo gran influencia sobre Binet, que llegó a publicar cuatro artículos sobre su trabajo en este campo.

Desafortunadamente para Binet, las conclusiones obtenidas en sus investigaciones con Fere y Charcot no pasaron el escrutinio profesional.

Más tarde asciende a director del laboratorio en sustitución de Beaunis, cargo que desempeñará hasta su muerte.

Sin embargo, los jugadores expertos y campeones no tenían problema alguno para jugar en estas circunstancias.

A pesar de ello, se percató que para ser un gran ajedrecista hacía falta experiencia y creatividad además de memoria visual, puesto que el jugador podía presentar una memoria visual excepcional y tener un juego torpe.

Junto con Victor Henri publicó un artículo en 1895 (La psycologie individuelle) en el que presentaba esta naciente disciplina y proponían su objeto de estudio.

Estos trabajos tuvieron influencia sobre Jean Piaget, quien en 1920 llegó a estudiar con el antiguo colaborador de Binet, Théodore Simon.

En esa época, el gobierno francés promulgó una ley que ordenaba la escolarización obligatoria de todos los niños entre los 6 y los 14 años.

Consistían en tareas sencillas como seguir una luz con los ojos o mover las manos siguiendo las instrucciones del examinador.

Las tareas un poco más difíciles requerían que los niños señalasen partes del cuerpo que el examinador fuese nombrando a la mayor brevedad, hacer cuentas atrás de 3 en 3 dígitos, repetir frases y definir palabras comunes como casa, tenedor o madre.

[4]​ Tras contrastar los resultados de las pruebas, la puntuación llevada a la escala Binet-Simon revelaría la edad mental del niño, un concepto utilizado para determinar de forma práctica el lugar que debía ocupar en el sistema educativo.

Surgió entonces una preocupación por parte de las clases pudientes y acomodadas por el devenir a un sistema basado en la mediocridad.

Tras estudiar en el extranjero, Goddard llevó la escala Binet-Simon a Estados Unidos y la tradujo al idioma inglés.

Revisó el test y perfiló algunos elementos originales, agregó otros, estableció normas nuevas sobre la edad y amplió el extremo superior del rango del test para que no llegara solo hasta los adolescentes.

Binet jamás habría aceptado que tras su muerte en 1911 el test que diseñó como una guía práctica para identificar a niños con aprendizaje lento que necesitaban ayuda especial pronto sería utilizado como una medición numérica de la inteligencia heredada y condenó duramente en vida a aquellos que con su "pesimismo brutal" y "deplorables juicios" promovían el concepto de inteligencia como un constructo unitario[8]​" , una característica singular cuantificable como la altura o el peso en lugar de una capacidad abstracta y múltiple.

En 1984, la revista Science incluyó a la escala Binet-Simon entre las invenciones más significativas del siglo XX.