Una autopsia, también llamada examen post mortem,[1] obducción o necropsia,[2] es un procedimiento médico que emplea la disección, con el fin de obtener información privada anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad que sufrió en vida el sujeto y que permite formular un diagnóstico médico final o definitivo para dar una explicación de las observaciones clínicas dudosas y evaluar un tratamiento dado.
Aunque de manera literal se traduce como ver por uno mismo, la conceptualización es: VER a la misma especie o al semejante, por eso no se le puede practicar autopsia a ninguna otra especie animal.
Los críticos, entre ellos el patólogo y antiguo editor de la revista JAMA George D. Lundberg, han denunciado que la reducción de las autopsias está afectando negativamente a la atención prestada en los hospitales, porque cuando los errores provocan muertes, a menudo no se investigan y, por tanto, no se aprenden las lecciones.
La autopsia suele realizarse en casos de muerte súbita, cuando el médico no puede redactar un certificado de defunción o cuando se cree que la muerte se debe a una causa no natural.
Las autopsias se utilizan en medicina clínica para identificar un error médico o una afección previamente inadvertida que pueda poner en peligro a los vivos, como enfermedades infecciosas o la exposición a materiales peligrosos.
[15][16] Las autopsias que abrieron el cuerpo para determinar la causa de la muerte fueron atestiguadas al menos a principios del tercer milenio a. C., aunque muchas sociedades antiguas se opusieron a ellas, donde se creía que la desfiguración exterior de las personas muertas les impedía entrar en el más allá.
[17] (como con los egipcios, que extirparon los órganos a través de pequeñas hendiduras en el cuerpo).
[19] Ibn Tufail elaboró sobre la autopsia en su tratado llamado Hayy ibn Yaqzan y Nadia Maftouni, discutiendo el tema en un extenso artículo, cree que él está entre los primeros partidarios de la autopsia y la vivisección.
Afirmó y articuló los huesos, esto se convirtió en la preparación anatómica sobreviviente más antigua del mundo.
[23] A principios del siglo XX, la Scotland Yard creó la Oficina del patólogo forense, un médico forense capacitado en medicina, encargado de investigar la causa de todas las muertes no naturales, incluidos accidentes, homicidios, suicidios, etc. Real Academia Española.