¡Y tenía corazón! (Anatomía del corazón)

Este hecho podría deducirse ya que la mayoría de los cuerpos encontrados en el río Tíber solían pertenecer a meretrices y además, solían asociarse al color de pelo rojizo.Este anciano fue inspirado por un mendigo que el propio Simonet se encontró por la calle, proponiéndole como modelo para representarlo, cosa que solía hacer usualmente cuando encontraba a alguien de su gusto.Para la chica, el pintor utilizó como modelo el cuerpo de una joven actriz que se había suicidado por desamor, según las cartas que envió a su familia.La técnica tan realista ha hecho encasillar a esta pintura dentro del realismo social, aunque es más correcto etiquetarla dentro de la corriente cientifista que dominó el siglo XIX (de hecho, este sería el tema encargado a Simonet), sobre todo influenciado por científicos que usaban la autopsia como medio para investigar y hallar cura de enfermedades en Roma.[3]​ También destaca por sus contrastes lumínicos, resaltando directamente la luz en la piel pálida de la mujer en contraposición a la oscura pared neutra del fondo, y por la tan bien realizada anatomía del cuerpo y cabellos.