Cientificismo
[5]Entre sus más insignes representantes figuran filósofos como Mario Bunge, Gustavo Romero, James Ladyman y Alexander Rosenberg.[13][26] La escritora británica y feminista Sara Maitland ha llamado al cientifismo como un "mito tan pernicioso como cualquier otra clase de fundamentalismo".Decía: "la ciencia se había convertido en una nueva magia y el hombre de la calle creía tanto más en ella cuanto menos la iba comprendiendo".[29] Desde una perspectiva religiosa se ha tratado de descalificar así los intentos de explicar como fenómenos naturales temas como la biología evolutiva, fenómenos como la moralidad o el impulso religioso por autores como Dennett, Francis Crick o Wolpert.Para justificar tal estatus de mayor calidad del saber científico se suele apelar a diferentes descubrimientos básicos (bacterias y células, átomos, radiación, agujeros negros, ondas gravitacionales, leyes del aprendizaje, etc.) así como a distintas tecnologías alzadas con base en las ciencias (electricidad, vacunas, medicina moderna, radio, satélites, ordenadores, internet, aviones, etc.) que se argumenta, difícilmente o de imposible manera se hubieran obtenido sin la ciencia moderna disponible.[32] El cientificismo fuerte suele ser descartado al considerarse una posición auto-contradictoria, pues la afirmación de que la ciencia sea el único conocimiento no se obtiene de ninguna ciencia (no se encuentra publicado en ningún artículo científico y no se deduce de ninguna teoría física, química, biológica, lógica, psicológica o sociológica; es un enunciado filosófico):[31][33] Por lo que el cientificismo fuerte, pese a intentar mostrarse como una posición ilustrada y racionalista, paradójicamente sería una postura irracional e ilógica.